Estas declaraciones se produjeron tras la toma de control del municipio de Bint Jebel, un baluarte de Hizbulá, donde mataron al menos a 20 combatientes de este grupo. Se trata del segundo enclave libanés controlado por Israel, después de que el domingo tomaran Marún al Ras.

Por otro lado, y pese a que  Israel calculaba que sus bombardeos sobre el sur del Líbano habían disminuido la capacidad ofensiva de Hizbulá, el grupo radical libanés disparó ayer como mínimo 30 cohetes Katiusha, de los cuales al menos 16 cayeron en la zona de Haifa. Los Katiusha provocaron la muerte por impacto directo de una joven de quince años y heridas a otras 16 personas. También murió un hombre de 71 años que sufrió un ataque al corazón cuando se dirigía a un refugio. En las filas israelíes ya van 44 muertos, 23 militares.

Más explosiones

Cinco grandes explosiones hicieron retumbar ayer Beirut, tras un día en calma por la visita de la secretaria de Estado de EE UU, Condolezza Rice. Además, Israel atacó 33 objetivos tras perder ayer su tercer helicóptero desde que comenzó el conflicto, el12 de julio. El número de muertos civiles libaneses asciende a 392, y hay 1.383 heridos.

Desencuentro diplomático

El PSOE y el embajador de Israel, Víctor Harel, dieron ayer por terminada mediante una conversación por teléfono la tensión suscitada entre ambos por las declaraciones del secretario de Organización del Gobierno, José Blanco, sobre la intencionalidad israelí de buscar muertos civiles en el Líbano. Por su parte, el embajador israelí abogó por poner «punto y final en la medida de lo posible a la serie de declaraciones de los últimos días» y por empezar una «página nueva». El jefe de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que «en absoluto» se han alterado las relaciones bilaterales entre ambos países.