'Papa-boys', los seguidores más jóvenes de Juan Pablo II

La influencia del 'Papa grande', también conocido como 'el Papa de los jóvenes', ha trastocado hasta el lenguaje. Éste es el caso del término Papa-boys, un neologismo que denomina a los seguidores más jóvenes de Juan Pablo II.
Papa-boys
Papa-boys
Papa-boys

A los "Papa boys", esos chicos y chicas entre los 15 y los 30 años que se han mostrado particularmente cercanos al mensaje del difunto Papa Juan Pablo II, les gusta esta denominación, la cual consideran casi como un "cumplido".

Los jóvenes se han dejado ver en abundancia entre las decenas de miles de personas que esta tarde se congregaron y comenzaron a formar filas en los aledaños de la Plaza de San Pedro para la larga espera hasta el momento en que puedan acceder a la basílica y rendir el último saludo al Pontífice.

Algunos en grupos organizados, tipo scout o asociaciones parroquiales; otros en compañía de familiares mayores, y otros solos o en parejas, los muchachos, italianos en su mayoría, prácticamente coinciden en que Juan Pablo II era uno de ellos.

Lucía, una chica de Nápoles de 20 años de edad, ha llegado a Roma para poder despedir al Pontífice, de quien dice que "fue el Papa que se abrió a los jóvenes; el que mejor ha sabido transmitir su mensaje a la juventud"

"Cuando nos llaman 'Papa boys' es para nosotros un cumplido, una prueba del afecto que los jóvenes sienten por el Papa", dice Alessio, romano de 19 años.

Un grupo de jovencísimos "boy scouts" caminan entre la gente por la Via della Conciliazione, la avenida que une Roma con el Vaticano. Uniformados y con guiones y banderines, se ponen colorados ante las preguntas de la prensa. Superado el momento de azoramiento, se sueltan y, por ejemplo, Silvia, de 15 años, afirma que "el Papa era bueno. Era amable. He sentido mucho su muerte", cosa que parece compartir una de sus compañeras, María, de 13 años, quien con una sonrisa que deja entrever un corrector dental manifiesta que "el mensaje del Papa era muy cercano."

"Como romanas, nos hacía mucha gracia oirle hablar al Papa en el dialecto de Roma", señalan Silvia y Rita, de 30 y 33 años, quienes comentan que "si pudiésemos, seríamos parte de los 'Papa boys'". Laura y María, de 23 y 27 años, respectivamente, son de la ciudad meridional de Benevento. Una de ellas masca un chicle casi con displicencia y deja ver un "piercing" en la lengua. No tiene dudas al afirmar que "hemos venido aquí porque éste es nuestro Papa. Nos gustaba su mensaje. Era una persona muy sencilla, que tenía una buena relación con los jóvenes."

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