El buen (o mal) gusto de los famosos se exhibe en Nueva York

  • El Metropolitan de Nueva York celebró su gala de la moda.
  • Llos calzoncillos de Marc Jacobs y el estratosférico lazo de Christina Ricci eclipsaron los elegantes modelos de Cate Blanchett o Gisele Bündchen.
La cantante estadounidense Beyonce llega al evento Costume Institute Gala del Museo Metropolitano de Artes, en Nueva York (EEUU).
La cantante estadounidense Beyonce llega al evento Costume Institute Gala del Museo Metropolitano de Artes, en Nueva York (EEUU).
Justin Lane / EFE
La cantante estadounidense Beyonce llega al evento Costume Institute Gala del Museo Metropolitano de Artes, en Nueva York (EEUU).

Dicen que son los Oscar de la costa Este, y quizá sea cierto: la fiesta de la moda del Metropolitan de Nueva York reunió el lunes a tantas estrellas como los premios del cine. Y algo más: la presencia de diseñadores y modelos deparó una alfombra roja más atrevida que la de las estatuillas doradas. Solo así puede explicarse el desfile de hombres en calzoncillos, rubias esqueléticas y modelos imposibles sobre la piel de actrices alabadas, otras veces, por su elegancia.

Los aciertos

Las de casi siempre. Apuesta segura: Gisele Bündchen. La brasileña tiene de todo: belleza, buen gusto, naturalidad y hasta un marido (el jugador de fútbol americano Tom Brady) capaz de no deslucir a su lado. Bundchen optó por Givenchy: su vestido negro, de tirantes y escotado, era muy similar al que luciera Penélope Cruz en la première de la última entrega de Piratas del Caribe.

También de negro acudió Cate Blanchett, que a punto de cumplir 43 años lucía un vestido de Alexander McQueen. Entre las más admiradas no podían faltar Gwyneth Paltrow (bastante más atrevida de lo habitual con su vestido de Prada), Heidi Klum (su vestido de encaje de Escada no era la mejor elección posible, pero ella puede permitírselo casi todo) o Sofía Vergara. La colombiana sabe a lo que juega: se ha convertido en una estrella gracias a su exuberancia y simpatía, y lució mucho de ambas cosas en la alfombra del Metropolitan.

Los desasatres

En gayumbos y a lo loco. En el otro extremo, una larga lista de espantos encabezada por Marc Jacobs: el diseñador se presentó con un enloquecido conjunto indigno, incluso, de una fiesta de disfraces. Porque, por mucho que uno vaya al gimnasio, es inexplicable pretender estar guapo en calzoncillos, sedas transparentes y zapatos de trovador medieval.

Tampoco se lucieron Beyoncé (foto 7), atrevida posmamá de Givenchy, ni Kristen Stewart, que mezclaba colorines con serpientes y remataba con unas brillantes sandalias. Aunque peor fue lo de Christina Ricci y Anja Rubik: la primera, de Thakoon, cargaba a sus espaldas con un lazo capaz de envolver al Titanic, mientras que la modelo polaca amenazaba a los presentes con su puntiaguda cadera asomando de su Anthony Vaccarello. Tras muchas discusiones, nos atrevemos a afirmar que el vestido era una especie de mono de una sola pierna: solo así Rubik pudo pasearse toda la noche con él sin enseñar sus vergüenzas.

La entrada, a casi 18.000 euros

La gala, patrocinada por la revista Vogue y organizada por su redactora jefa, Anna Wintour, es la fiesta más exclusiva del mundo de la moda: se pagan casi 18.000 euros por una entrada. El dinero recaudado, más de 10 millones de euros, constituye el presupuesto anual del Instituto de la Moda: por supuesto, marcas de lujo como Chanel suelen  estar entre los patrocinadores.

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