La empresa Miel La Picorea, que trabaja desde hace 20 años la producción de este dulce líquido en el sur de Ávila, proyecta llevar a cabo una ampliación de sus instalaciones de El Barco de Ávila que permita que las personas interesadas puedan asistir al proceso de elaboración de la miel y conozcan el trabajo apícola.

El titular de la explotación, Adolfo González, cuyos productos están incluidos en la marca regional Tierra de Sabor, así como en las etiquetas de Productores Artesanos de Castilla y León y Ávila Auténtica-Calidad Oro, inició su actividad hace cerca de 20 años y actualmente cuenta con varios asentamientos de colmenas en la zona sur de la provincia de Ávila, en los que produce en torno a 15.000 kilogramos de miel al año.

La Picorea elabora mieles de las variedades de Roble, Encina, Romero y Tomillo, que comienzan su producción precisamente a partir de mayo. Precisamente para estas etapas, González ha proyectado la apertura de la nave en la que se lleva a cabo la elaboración artesanal, para visitas de grupos de escolares o de turistas.

Para ello, ha explicado el titular de la explotación, trabaja en una ampliación de las instalaciones para que, a través de una mampara o cristalera, los visitantes puedan asistir a las distintas fases del proceso de extracción del néctar y de su tratamiento para obtener la miel líquida.

Como ha explicado este empresario, que se encarga prácticamente en solitario del trabajo artesanal, la demanda de este producto se mantiene regular con el paso de los años, y la marca de La Picorea ha encontrado mercado en distintos puntos de toda España gracias al pequeño comercio y a promociones que la llevan habitualmente a los mostradores de El Corte Inglés.

También se pueden adquirir los productos de La Picorea en la página web (www.lapicorea.com) en sus variedades de néctar, tomillo y romero y en formatos de 500 gramos, y uno y dos kilogramos.

El proceso comienza en los panales situados en distintos panales en el entorno de la Sierra de Gredos, que en torno a un mes y medio antes del período de floración se comienzan a estimular con agua azucarada para que la abeja reina interprete que sus obreras ya están llevando polen a la colmena y comienza a producir la cera. De este modo, cuando efectivamente las abejas recogen el polen, se puede producir más cantidad de miel.

Normalmente, a lo largo de los meses de floración, se pueden efectuar hasta tres "cortes" para la producción obtenida mayoritariamente de los matorrales en mayo; para la del roble en agosto y, para la de encina en septiembre. Asimismo, entre los cuidados de los panales se debe también separar los "enjambres", las fracciones que se producen en los mismos cuando surge una nueva reina que reúne en torno a ella a su grupo de ejemplares, con los cuales se puede crear un panal más por separado.

En el momento en que los panales comienzan a completarse, se llevan a la nave de La Picorea para iniciar la elaboración después de retirar el opérculo, la capa de cera que protege el acceso al fruto del trabajo apícola. A partir de ahí, se introducen los panales en una centrifugadora que saca la miel de los mismos para poder volver a introducirles en la colmena.

La miel se somete a una primera etapa de reposo, de unos tres días, como explica Adolfo González, tras los cuales se filtra el líquido para retirar los restos de cera y se comienza a almacenar en bidones de algo más de 300 kilogramos, que se introducen a un horno. Terminado este proceso se lleva a cabo otro filtrado que deja el líquido listo para su envasado.

Envasado según la demanda

Éste, como ha puntualizado el productor, se realiza según la demanda, debido a que ha explicado que si la miel se cristaliza, algo que sucede con el paso del tiempo, el consumidor "se echa para atrás". Sin embargo, González ha recalcado que el producto solidificado tiene "las mismas propiedades" que el líquido con la única diferencia de que se tiene que colocar al 'baño maría' para su licuado.

Este insecto, como ha recordado González está caracterizado por su delicadeza, lo que causa que en los meses de invierno los panales sufran un porcentaje de bajas de en torno al 10 por ciento. Además, en los últimos años, la aparición de una enfermedad motivó el incremento de la mortandad hasta el 50 por ciento en algunos puntos de la península.

González ha explicado que parece que la incidencia de este mal se reducido últimamente y que se caracterizó por su disparidad, ya que en sus propios asentamientos ha sufrido tasas de bajas de entre el 18 y el 50 por ciento. "Se han comentado muchas teorías sobre las causas, pero parece que uno de los motivos puede ser la contaminación atmosférica", ha puntualizado.

El empresario ha destacado los "buenos convenios" con superficies comerciales que promueve, pero ha reclamado que en el caso de la marca Tierra de Sabor se debería controlar en mayor medida que toda la miel que se comercialice con la etiqueta sea producida efectivamente en territorio castellano leonés.

"Es muy fácil de ver si una explotación tiene asignada la producción de 15.000 kilogramos de miel y saca al mercado 20.000, implica que esa diferencia la está adquiriendo en otra parte", ha advertido el apicultor, quien ha advertido de que además al mercado español entra "mucha miel de Argentina y de China".