Le sienta fenomenal este género, porque es una ciudad caótica en la que conviven realidades muy distintas. Vigo ha sido, además, violentamente machacada por la construcción, y eso es algo que hay que decir, porque la novela negra ha de servir también para levantar la voz.

El de la novela, ¿es un Vigo mítico, a medida de la narración, o uno reconocible?

Completamente reconocible, aunque con alguna trampa. El bar Puerto o el Eligio están intactos, pero del Grial, por ejemplo, sólo conservo el exterior; por dentro es el Manteca. Es mi Vigo, el que yo soy capaz de revivir cuando escribo desde Madrid.

Hace veinte años, escribir novela negra era una consigna en la literatura gallega.

No hay que desacreditar a la literatura de género. Un poemario puede ser malo y una novela rosa puede ser excelente. Con independencia de esto, creo que el género negro ha trascendido ya la intriga que mueve una trama para convertirse en una manera de juzgar la sociedad.

¿Cómo es la alta burguesía viguesa de Ollos de auga?

Muy pendiente del qué dirán, traicionando lo que es para dedicarse a ser lo que cree que debe ser. Tremenda.

Clausura de la Feria del Libro

Con Manuel Rivas, que estará a partir de las seis de la tarde firmando ejemplares de su última novela, Os libros arden mal (Xerais, 2006), arranca el último fin de semana de la Feria del Libro de Vigo. Por la praza de Compostela, donde se han instalado los expositores, pasarán a lo largo de estos tres días, además de Rivas y Villar, otros escritores e ilustradores. Allí estarán Baldomero Iglesias (hoy, 21 h), Kiko Dasilva (domingo, 18 h), Luisa Castro (domingo, 20 h), los componentes del grupo poético Brétema (mañana, 19 h) y el actor Cándido Pazó (mañana, 20.30 h), que llenará de cuentos la alameda.

Bio

Nació en Vigo en 1971, pero vive en Madrid, donde trabaja como guionista y crítico gastronómico. Escribió su novela en gallego, la tradujo al castellano y espera ya la versión italiana. Hoy, a las ocho, la presenta en la Feria del Libro.