Quizá no lo saben, pero si tienen algún adolescente cerca probablemente estará enamorado o querrá ser como Katniss Everdeen. ¿Que quién es ella? La chica de 16 años sobre la que gira Los juegos del hambre, saga literaria, y ahora cinematográfica, que tiene hipnotizada a toda una generación.

Lo primero, los datos: la película lleva cuatro fines de semana, desde su estreno el 23 de marzo, como líder en la taquilla de EE UU, donde ha recaudado más de 258 millones de euros (costó 58 millones). Y hasta la banda sonora original (con Arcade Fire o Taylor Swift) es líder en las listas de ventas.

Luego, claro, están los libros. Poco podía imaginar la guionista Suzanne Collins que su trilogía, cuya primera entrega fue publicada en septiembre de 2008, se convertiría en tal fenómeno: Los juegos del hambre y En llamas, las dos primeras partes, vendieron en un año dos millones de ejemplares en EE UU. La tercera, Sinsajo, alcanzó esa cifra en apenas unos meses. Según Amazon, Collins es el autor más exitoso de la historia del e-book. Y Times o The New York Times no dudan en citarla como uno de los escritores más influyentes de la actualidad.

¿Por qué? Por haber sabido fundir amores adolescentes, acción y política. ¿Política? Sí: además de dudas sentimentales juveniles y la exigencia de sobrevivir a mil amenazas, el lector o espectador se enfrentan a reflexiones sobre el totalitarismo de los medios de comunicación, la explotación del pueblo por parte de sus cínicos gobernantes y la rebelión de las masas en aras de un futuro más justo, libre, mejor.

"Yo también soy fan de Los juegos del hambre", dice Sara Mateos-Aparicio, redactora de Ragazza acostumbrada a estos fenómenos. "Respecto a Crepúsculo, con la que suele compararse, Los juegos del hambre es más exitosa al ampliar el abanico de edades. La historia mezcla cruentas guerras con un reality show, denuncia el espectáculo de la violencia y refleja un presente en el que están muy presentes revoluciones políticas y movimientos sociales. Además, la historia de amor es vital a la hora de enganchar a los más jóvenes".

¿Lo curioso? Que, a diferencia de lo que uno ve al salir de tantos y tantos pases de prensa de películas juveniles, gran parte de la crítica más sesuda también está satisfecha. Juan Sardá, periodista de El Cultural y autor de novelas como Taksim, parece encantado: "La historia hace verosímil una distopía extrema", explica. "Es una metáfora hiperbólica de la realidad, una crítica feroz a los medios de comunicación y a la espectacularización de la realidad. ¿Crepúsculo? Comparada con esta es una tontería enorme, es Heidi, es una película neofascista. Sorprende y alegra que la brutal, perversa y cabrona Los juegos del hambre sea un fenómeno". Y efectivamente lo es: prepárense para saciar su hambre porque la película está a punto de llegar. ¿Reinará también aquí?

¿Dudó si aceptar el papel?

Sí, era una decisión que podía cambiar mi vida y no quería tomármelo a la ligera. Sabía la importancia que tendría y que quizá me verían ya toda mi carrera como la Katniss de Los juegos del hambre.

Pero al final, aceptó.

Me encantó el guión, mi personaje y el director, y no quería que mi temor decidiera.

¿Es esta saga otro Crepúsculo?

También se basa en novelas para jóvenes adultos, la heroína es una mujer y hay un triángulo amoroso, pero la historia es distinta: esta es más política y habla a toda la sociedad, no solo a los jóvenes.

¿Y cuál es ese mensaje social?

Que no sigamos a los gobernantes porque sí: alcémonos y luchemos por nuestras creencias. Mira lo que ha pasado en Oriente Medio, cómo los jóvenes plantaron cara con Facebook o sus móviles.

¿En qué se parece a Katniss?

¡En el físico! (risas) Ella es luchadora, valiente, y yo una llorona. Compartimos ideales, pero yo no tengo sus huevos.

¿La película es una crítica o una banalización de la violencia?

Por desgracia, los chicos están acostumbrados a ver cosas mucho peores. Y sí, la película es algo violenta, pero es solo para mostrar y justificar los motivos de la revolución que se producirá en el futuro, además de criticar el placer que siempre han sentido los humanos al ver sufrir a otros.

BIO Nació en Kentucky en 1990. Fue candidata al Oscar a la mejor actriz principal por su papel en Winter's Bone.