Con la lucha por la Liga en juego, los partidos de Real Madrid y Barcelona se convierten en un continuo ataque a los árbitros beneficien o perjudiquen a ambos equipos.

Al último partido del Barcelona no le faltó polémica pese a la final goleada en La Romareda. Desde una mano dentro del área de Keita hasta el penalti marcado por Messi estuvieron marcados por la decisión del árbitro.

El entrenador del Zaragoza, Manolo Jiménez, calificó el resultado de "engañoso e injusto" en un partido en el que subrayó que han salido "perjudicados por el arbitraje", aunque cree "en la honorabilidad de los árbitros".

El entrenador del FC Barcelona rajó en rueda de prensa del césped de La Romareda. "Nos ponen el césped alto para perjudicarnos", afirmaba el exjugador azulgrana.

Los maños sufrieron la expulsión de Abraham en el minuto 45 tras realizar una falta sobre el chileno Alexis Sánchez en el lateral del área, una segunda amarilla que provocaba la expulsión del jugador.

En la segunda mitad Manolo Jiménez, entrenador de los locales, también fue expulsado. En el acta del partido, Turienzo Álvarez afirmó que mandó al técnico al vestuario "porque estando en pie en el área técnica protestó de forma airada una decisión" del colegiado. En las posteriores observaciones, el árbitro aseguró que Manolo Jiménez se dirigió a él al finalizar el encuentro diciéndole "creo en tu honorabilidad pero eres un rencoroso, un rencoroso", concluye el acta.

El centrocampista del FC Barcelona tocó el balón con la mano dentro del área, pero Turienzo Álvarez no consideró la acción punible. En el momento del salto, el jugador extiende el brazo y lo levanta por encima de su cabeza, no observándose intencionalidad.

El técnico de Arahal analizó que el primer gol del Barcelona "no debería haber llegado", pero sin aclarar los motivos, y cuando ya estaba el marcador 1-2 "ha habido un penalti clarísimo de Keita que era la segunda tarjeta, pero no debemos dudar de esos errores. Entiendo que ha pitado lo que ha visto".

Los azulgrana creen que el árbitro se equivocó por igual, ya que consideran que el primer gol del encuentro y único del Zaragoza, marcado por Aranda, estaba precedido por un fuera de juego del delantero.