David Bustamante: alma sensible y cuerpo de acero

  • David Bustamante ha alcanzado sus sueños como artista, marido y padre.
  • Pronto asumirá un nuevo reto: juzgar a otros que buscan el suyo.
  • Vídeo de Bustamante en 20minutos.es: "Nunca he estado en paro"
David Bustamante durante unas vacaciones en Canarias.
David Bustamante durante unas vacaciones en Canarias.
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David Bustamante durante unas vacaciones en Canarias.

La metamorfosis salta a la vista: los hombros robustos, el torso cincelado, los bíceps tensos, las piernas hercúleas. A sus 29 años, convertido en ídolo de mesnadas de fans y un rentable artista –más de 1,5 millones de discos vendidos, 7 álbumes editados y actualmente sumido en una gira–, felizmente casado con una preciosa actriz que es referente de la moda y padre de una no menos preciosa niña, David Bustamante está en la cima de sus sueños.

Como cabría esperarse en una estrella de la canción, se cuida, y se lo toma muy en serio. Siempre lo ha hecho, pero ahora destaca mucho más, y se nota que se siente bien con su nuevo aspecto. Curiosamente, da la impresión de que no lo hace tanto por contentar a sus fans como por despertar la satisfacción de su joven esposa. Otros habrían perdido el norte, pero bajo ese cuerpo curtido a golpe de gimnasio, su peinado y su ropa estudiada, aún persiste el entusiasta chaval de San Vicente de la Barquera, oficial de segunda de la construcción, que esperaba su oportunidad en la larga cola del casting de Operación Triunfo hace más de 10 años. Ese "buen chico", como decía Nina, que lloraba y se emocionaba en cada canción, sigue vivo en él, y, sin duda, ese es su mayor éxito.

Tunante... con un corazón de oro

Los suyos le llamaban Titín, y además de la música, que practicaba como miembro de una tuna, también le apasionaba el fútbol, hasta el punto de que el Atlético de Madrid llegó a interesarse por él. No siguió este camino –a él le iba más el Real Madrid–, pero siempre que puede se apunta a algún partido benéfico, porque todo aquel que le conoce destaca su corazón de oro –donó sin dudarlo su osito de peluche Pepino a un sorteo para costear la operación de un niño–, su carácter espontáneo, natural y campechano, su lealtad, y, sobre todo, su humildad y sencillez. Él es como es y no lo esconde.

Sus amigos de siempre aseguran que es un luchador nato que se esfuerza al máximo para conseguir sus objetivos. Así ha conseguido su gran sueño, ser cantante de éxito, pero pronto tendrá que pasarse al lado oscuro y juzgar –y cribar– a otros entusiastas anónimos que, como él hace 11 años, lucharán por abrirse paso en la industria musical. Junto a artistas de renombre como Miguel Bosé, Ana Torroja y Sergio Dalma –Bustamante asegura sentirse pequeño a su lado–, formará parte del jurado de Número Uno, un talent show de Antena 3 que recuerda poderosamente a Operación Triunfo, y muchos esperan ver pronto en la pantalla.

Será interesante verlo en la diatriba, cara a cara con su pasado: ¿se hará cómplice de los participantes o el programa sacará a la luz un nuevo Risto Mejide?

Un hombre enamorado

David se confiesa apasionado, romántico y cariñoso. Y lo suyo con Paula Echevarría, cinco años mayor que él, fue un flechazo. Se conocieron en Lanzarote, donde coincidieron en una colaboración con Infancia sin Fronteras. A los nueve meses de relación anunciaron su boda, que se celebró el 22 de julio de 2006 en Covadonga, tierra natal de ella. Desde entonces, la pareja parece vivir en un perpetuo estado de enamoramiento que culminó con el nacimiento de su hija, Daniella, en 2008. Los rumores de crisis que surgieron el año pasado no hicieron más que acrecentar su fervor. "Cómo voy a estar en crisis si estamos en lo mejor de nuestra vida", respondía él a las informaciones. "Paula Echevarría... Te amo", tuiteaba poco después. Ella tampoco se quedó atrás y reafirmó en las redes que amaba "con locura" a su marido.

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