Según ha revelado a 20 minutos la coordinadora de la perrera, Nova Fiestas, los abandonos se duplicaron el año pasado «por un malentendido con una nueva normativa que aprobó la Generalitat». Establecía que, a partir de 2007, «los sacrificios de animales por motivos que no fuesen de peso quedaban prohibidos».

Amenaza de multas

Nova explica que la mayoría de la gente entendió que la aplicación sería inmediata. Ahora, tienen 200 animales a su cargo y la obligación de esterilizarlos, microchiparlos y vacunarlos antes de poder entregarlos en adopción.

«Si no cumplimos con estas normativas deberemos asumir las multas que se deriven, pero es que, entre tanto, no recibimos ningún tipo de subvención ni de las administraciones locales ni de la Generalitat», explica Nova.

Aunque saben que si los sacrifican se acabarán estos problemas, los propietarios de Don Can se oponen. «La mayoría de los animales son jóvenes y no sufren ninguna enfermedad, sería injusto sacrificarlos pudiendo ofrecerles una segunda oportunidad», señala Nova.

Pero, si en los próximos meses no reciben ayudas, les cerrarán la residencia, trasladarán los animales y los sacrificarán.

Gastan 12.000 euros al mes

Aunque se dan estas situaciones, Catalunya es una de la comunidades autónomas con menos abandonos de animales. Las campañas de sensibilización para que no se abandonen no son, sin embargo, suficientes para poder evitar esta práctica, que aquí también van al alza. Una perrera como Don Can, que tiene 200 animales, gasta unos 12.000 euros al mes para proporcionarles alimento, medicinas y las curas de los veterinarios, además de otros gastos de mantenimiento de la residencia.