"Lucian Freud empezó dibujando, y el dibujo siguió siendo, durante más de setenta años, la base de su arte", dice William Feaver, comisario de las retrospectivas más importantes del célebre artista fallecido en julio del año pasado.

Freud (1922-2011) se enorgullecía de sus dibujos, que interactuaban con las pinturas, construyendo los peldaños de su progresión artística. Sólo con los trabajos en papel se puede trazar una historia paralela de la evolución del estilo del pintor.

La galería Blain Southern de Londres expone hasta el cinco de abril Lucian Freud: Drawings (Lucian Freud: dibujos), una completa colección de 100 obras en papel, muchas nunca antes expuestas, que el artista alemán -y nacionalizado británico- produjo a lo largo de su carrera.

Entre los trabajos hay paisajes y estudios de animales, pero también retratos íntimos de sus padres, hijos y amigos cercanos (como el pintor Francis Bacon) que se reconocen como preludio de las obras más famosas del artista. Grabados, acuarelas, carboncillo, pastel, pinturas conté y tinta se intercalaron siempre con los óleos.

Aprovechando la gran retrospectiva de la National Portrait Gallery de Londres hasta el 27 de mayo, la exposición, con préstamos de museos, colecciones privadas y amigos personales del artista, muestra el mosaico de técnicas que Lucian Freud utilizó para mostrar el poder de su lenguaje artístico.