Alberto Iglesias hace de la vida música y el domingo podría ganar un Oscar

  • ¿No saben quién es Alberto Iglesias? El hombre que ha ganado 10 Goyas y puede ganar el Oscar.
  • Hablamos con el genio que ha compuesto las mejores bandas sonoras del cine de Medem y Almodóvar
El compositor español Alberto Iglesias.
El compositor español Alberto Iglesias.
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El compositor español Alberto Iglesias.

La vocecilla esconde a un gigante. Los emocionados ojos no son los de un debutante inexperto, sino los de un coleccionista de premios. Pero el discurso, eso sí, es nítido y transparente: habla Alberto Iglesias, que acaba de ganar su décimo Goya y que el domingo puede recibir en Los Ángeles su primer Oscar.

El hacha y el árbol

"La primera nominación fue por Vacas", recuerda Iglesias retrocediendo 20 años en el tiempo. Y es cierto: el primer largo de Julio Medem arrancaba con el sonido de un hacha talando el tronco de un árbol, pero pronto comenzaba la rotunda sinfonía de Iglesias. Ya había compuesto la música de La muerte de Mikel (1984) o Luces de bohemia (1985), pero fue el cruce de caminos con Medem el que llamó la atención. "Esa vez no me dieron el Goya, pero no dolió. Si no gano no siento que he perdido, no me lo tomo tan en serio".

Menos mal. Lo que habría sufrido en estas dos décadas, en las que se hizo habitual en cualquier gala de premios. Ha ganado el premio en Venecia (por Pasos de baile) y los galardones del cine europeo (por Volver y Los abrazos rotos). Los ha acariciado en los Globos de Oro (por Cometas en el cielo) y en los BAFTA (por esta última película, El jardinero fiel y El Topo). Y, claro, es el dominador de los Goya: 12 nominaciones, 10 premios que asegura no haber ganado. "Me los han regalado gracias a Medem, a Almodóvar... Siempre poco a poco, como algo que ha ido llegando. Nunca he hecho campaña, pero estoy muy contento de que quieran".

El primer Goya fue en 1994 por La ardilla roja, y después vinieron otros tres con Medem: Tierra, Los amantes del círculo polar y Lucía y el sexo. La gente se empezó a preguntar: ¿de dónde ha salido este hombre? Pues de San Sebastián, donde nació en 1955. Donde estudió piano, armonía y contrapunto. Después recibió clases en París, estudió composición en Barcelona y Milán, y durante un lustro tuvo un dúo de música electrónica con Javier Navarrete. Hasta que el cortometraje se cruzó en su camino: qué suerte para el artista, y qué suerte para el músico, que contesta: "Es un milagro. De pequeño, nadie se imagina que terminará haciendo música para películas. Es algo progresivo, que vas encontrando. Me ha ayudado mi ambición: no de dinero o fama, sino musical. Me gusta que mi trabajo esté bien, y me doy cuenta de cuándo no lo consigo".

La arquitectura del cine

Almodóvar lo llama en 1995: ha dejado a Bernardo Bonezzi, su colaborador por entonces, y encarga a Iglesias la música de La flor de mi secreto. No llovieron premios, salvo el de que Almodóvar contará también con él para Todo sobre mi madre: otro Goya. Después vendrían los de Volver, Los abrazos rotos y el último, por La piel que habito. "En esta última", dice, "Pedro me pidió ir más allá. Debía atreverme más...Me empujó para que la música tuviera una voz más prominente y necesaria. Me estimulaba mucho la parte oscura de la película, cómo la música debe fortalecer al personaje de Elena Anaya. Almodóvar es especial: con él he descubierto los espejos del cine, la arquitectura de las películas".

Última pregunta, llena de curiosidad: ¿Cómo compone esas maravillas? "Paso mucho tiempo trabajando en una habitación, encerrado, porque requiere muchísima concentración. Tengo una casa aislada, a las afueras de Madrid, e intento no tener distracciones. Me concentro, me aprendo la película de memoria y entonces empiezo a escribir. Y cuando empiezo a componer, no paro".

Así se seduce en Hollywood

Iglesias ha sido candidato al Oscar en tres ocasiones: con El jardinero fiel (2005) y Cometas en el cielo (2008) se quedó a las puertas del éxito. Este domingo vuelve a intentarlo con El Topo, un brillante thriller de espionaje. La candidatura ha obligado a Iglesias a viajar varias veces a Los Ángeles, donde ahora aguarda la gala "Es una paliza", explica, "pero muy agradable. Lo difícil es componer, ponerse de acuerdo con los directores, grabar. Eso son momentos de tensión: lo de ahora me lo tomo como un regalo".

Tres ejemplos

Lucía y el sexo (2002). La puerta. "No me pongo modelos, aunque hay músicas que me inspiran. La clave es conectar con la película, abrir una puerta, ver cómo suena e ir construyéndolo todo".

Volver (2006). Emociones. "Es bonito ver a Banderas, a Anaya o a Cruz actuando con tu música... Pero la clave es conocer la película, ver cuánto te gusta y qué resonancia inmediata te causa".

El Topo (2011). Con prisas. "Teníamos una dificultad: el tiempo. Mientras montaban la película barajaban dos opciones musicales: la mía... ¡O la de Radiohead! Pero el director insistió en que fuera yo, lo que me halagó. Vi la película en Londres y me pidieron que en un mes y medio tuviésemos grabada la música. Me encerré durante diez días, les gustaron los borradores y seguimos adelante".

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