Que todos los alumnos de los centros de educación públicos de Madridlleven uniforme. Éste es el objetivo que pretende la Comunidad, aunqueno lo implantará de manera obligatoria, sino previo consenso entreprofesores, padres y alumnos. Eso sí, para ayudar a que la mayoría seacoja a la iniciativa, se pondrá por delante la zanahoria de la
La Comunidad está ultimando este proyecto que hará llegar a lo largo de este curso a todos los centros públicos de infantil, primaria y secundariaa través de los respectivos consejos escolares. Éstos –formadosnormalmente por representantes de la dirección del colegio, de losprofesores, de los padres y de los alumnos– tendrán que estudiar lapropuesta. Pero sólo podrá salir adelante siempre y cuando den el vistobueno al menos el 60% de los padres.
En los centros que digan sí, los padres optarán a una subvencion deluniforme que la Comunidad pagará en función de la renta familiar o delas condiciones especiales de cada centro, aunque la ayuda económica podría llegar a ser hasta del 100% de lo que valga el conjunto.
Las prendas que compogan el uniforme se decidirán en cadacentro, con lo que no será un tipo homologado para todos los institutos.
El Gobierno regional pretende aprobar la medida en unos meses con elfin de que se pueda implantar a lo largo del próximo curso, según hapodido saber 20 minutos de fuentes de la Comunidad.
El proyecto del Gobierno de Esperanza Aguirre pretende seguir elejemplo de los colegios públicos británicos «para evitar lasrivalidades de la ropa de marca entre los escolares y aumentar lacomodidad de los padres a la hora de elegir el vestuario».
Con pantalón vaquero
Hoy por hoy el único centroen el que es obligatorio el uso del uniforme es el instituto públicoBarrio de Loranca, en Fuenlabrada (Madrid). La medida se puso en marchaeste curso, pero ya ha recibido las críticas de una parte de padres yalumnos que denuncian que los que se niegan a ir a clase con el trajereglamentario (camiseta, sudadera y un pantalón vaquero o de chandal)son sancionados e incluso «expulsados del centro de tres a cinco díassin previo aviso».
A FAVOR
Luis Carbonell. Presidente de la Confederación Católica de Padres de Alumnos «El uniforme ayuda a la socialización»
Los padres de alumnos de los centros religiosos están a favor deluniforme porque «evita la guerra de marcas». «Si todos los niños fueranvestidos iguales se acabarían con muchas envidias y rencillas entreellos». Además, consideran que «es un elemento de socialización másbarato y cómodo para los padres que la ropa de calle». También ven quecon el uso obligatorio del uniforme «se evitarían los problemas que hahabido en Francia con el alumnado inmigrante».
EN CONTRA
Araceli del Rincón. Miembro de la Ejecutiva del Sindicato de Estudiantes. «Imponer la ropa anula a los chicos su personalidad»
Esta representante de los estudiantes está «radicalmente en contrade una vestimenta obligatoria porque anula la personalidad delindividuo. La imposición de un uniforme sólo sirve para desviar laatención de asuntos más importantes en la educación». Además, insisteen que en los centros público nunca se debe obligar a que los llevenlos estudiantes porque «puede crear un precedente que sólo beneficiaeconómicamente al sector textil que es el que lo va a comercializar».
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