Rubén, de cuatro años, murió en Torrejón mientras dormía asfixiado por su madre. María Isabel, de 60, falleció presuntamente a manos de su hijo en Barajas. Una riña entre cuñados terminó en tragedia en mayo en un poblado chabolista de Fuencarral-El Pardo. En septiembre, una mujer prendía fuego a su vivienda de Colmenar Viejo con su esposo dentro, que resultó carbonizado. Ellos son algunos de los 46 muertos que en 2011 hubo en la región víctimas de homicidios o asesinatos, según los datos facilitados por la Policía Nacional y la Guardia Civil.

Son seis más que el año pasado, cuando fallecieron 40 personas –el dato más bajo de la década– (ver gráfico). Y eso que en el recuento del año recién finalizado no computan los seis agresores que se suicidaron tras cometer sus crímenes ni otros tres episodios violentos –dos debido a autopsias no concluyentes y el caso de un repartidor que falleció de un infarto a las pocas horas de ser atracado.

Una vez más, los buenos datos de 2010 se ven ensombrecidos por el aumento vertiginoso de la violencia machista y de los parricidios, que pasan de 6 a 10 y de 7 a 8, respectivamente. Hay también dos crímenes pasionales protagonizados por parejas gays y uno más de violencia doméstica.

¿Por qué los familiares cercanos se han convertido en homicidas potenciales de sus seres queridos? ¿Tiene algo que ver la precariedad económica y el desempleo? El hijo de María Isabel, de 33 años, había perdido su trabajo en una cadena de televisión dos meses antes de acabar con la vida de su madre. La mamá de Rubén estaba separada y sacaba a su hijo adelante ella sola. Intentó suicidarse tras acabar con la vida del pequeño. En otros dos casos, los parricidas aseguraron actuar por "compasión", para evitar ver sufrir a sus seres queridos. Por eso una hija de 60 años disparó contra su padre de 91 en Villaviciosa de Odón, y Josefina murió en Moratalaz asfixiada por un hijo esquizofrénico que quería aliviarla de un cáncer de mama terminal.

"No cabe la menor duda de que ha habido un incremento de la violencia en el seno de los hogares, y de que la crisis es un añadido. Por sí misma no provoca los muertos, pero es el desencadenante de broncas y tensiones en las familias que se terminan canalizando a través de episodios violentos", explica el criminólogo Salvador Ortega. "Elementos como la crisis y/o el desempleo pueden ser el detonante de esa agresividad que permanecía larvada, y que se incrementa con sensaciones de desprotección e injusticia", corrobora la psicóloga clínica, Carmen Bermejo Romero.

El año 2011 pasará a la historia de la crónica negra madrileña por atesorar algunos de los crímenes más truculentos que se recuerdan. La muerte de Rocío fue una de las que más impactó a la opinión pública. La joven, que estaba a punto de salir de cuentas, murió mientras asistía a misa en una parroquia de Ciudad Lineal. Su bebé tampoco logró sobrevivir. En total han muerto cinco menores en 2011, tres más que en 2010.

Así las cosas, en la capital han muerto 22 personas, tres más que el año anterior. Por distritos son Puente de Vallecas y Fuencarral-El Pardo los que suman más cadáveres, tres cada uno. Además, en 15 de los 21 distritos hubo al menos una muerte violenta. Como ocurrió en Centro, donde a finales de año se suicidó un hombre vestido de mujer arrojándose desde el viaducto de la calle Bailén tras confesar que había matado a su compañero sentimental.

Fuera de la capital también creció el número de homicidios, 24 frente a los 21 de 2010. Además, Leganés pierde el puesto como ciudad con más crímenes de 2010, un total de seis, para cedérselo en 2011 a Parla, con el mismo número de muertes violentas. Y la criminalidad también se muda de ala, ya que de las 24 víctimas del 2011, 17 de ellas murieron en localidades del oeste y suroeste de la comunidad.

Los servicios de Emergencias de la Comunidad recibieron 3.616 llamadas en las primeras nueve horas del año –un 7% más que el año anterior y la mayor parte de ellas por intoxicaciones debidas al alcohol y las drogas–, de las que se registraron 195. El 112 tuvo que intervenir también en 49 accidentes de tráfico y en 117 incendios, estos últimos ocasionados sobre todo por material pirotécnico. Respecto a las reyertas, y aunque no hubo que lamentar ningún fallecido el último día del año, los servicios de Emergencias intervinieron en 237, 17 más que en 2010.