Nos disponemos todos a enfrentar las cenas y comidas de estas Navidades. El pensamiento común es que estas celebraciones deben ser copiosas y hasta excesivas. En suma, los festines navideños suelen ir reñidos con lo saludable.

Pero no tiene porque ser así. Las cenas y comidas navideñas pueden ser abundantes y, sin embargo, no llevar un exceso de calorías.

Los expertos en nutrición recomiendan platos que combinen ensaladas o verduras a la plancha con productos frescos o carnes sin salsas para no perjudicar al organismo.

Una idea general de cómo puede ser una comida abundante pero equilibrada se resume así:

Para reducir las calorías, es fundamental cocinar los segundos platos sin salsas. Una vez cocinada la carne o el pescado al horno el resultado mejorará con un chorrito de aceite de oliva crudo justo antes de servirlos.

Algunos nutricionistas recomiendan durante las fiestas picar alimentos altos en proteínas. Se trataría de gambas, palitos de cangrejo, jamón serrano, sepia troceada o huevos de codorniz.

Los postres son una de las zonas más peligrosas del menú navideño. Para evitar azúcares y grasas saturadas, pueden ser buenas opciones una macedonia de frutas de la temporada o un helado casero con chocolate negro.

Respecto a los turrones, controlar lo que se sirve para no abusar. De igual modo, no hay que excederse con el alcohol y los refrescos o bebidas azucaradas.

Para finalizar, un café o una infusión sin azúcar nos ayudarán a hacer la digestión.