El presidente de Timor Oriental busca la reconciliación de los habitantes para frenar la escalada de violencia

El presidente de Timor Oriental, Xanana Gusmao, pidió hoy la reconciliación entre los timorenses del este y los del oeste, mientras buscaba con el resto de líderes del país una salida a la actual crisis que ha sumido a la capital, Dili, en el caos.
Xanana Gusmao trata de calmar a sus simpatizantes a las puertas de la oficina presidencial durante la reunión del Consejo de Estado en Dili. (Reuters)
Xanana Gusmao trata de calmar a sus simpatizantes a las puertas de la oficina presidencial durante la reunión del Consejo de Estado en Dili. (Reuters)
REUTERS/Zainal Abd Halim
Xanana Gusmao trata de calmar a sus simpatizantes a las puertas de la oficina presidencial durante la reunión del Consejo de Estado en Dili. (Reuters)
Durante todo el día, Gusmao, el primer ministro, Mari Alkatiri, y su consejo de ministros estuvieron
reunidos con el
consejo de Estado, compuesto por líderes de la comunidad, para buscar una
solución a la
crisis política y de seguridad en el país, sin conseguir finalizar la reunión.
No toméis las espadas, no queméis las casas, no hagáis violencia. Os prometemos que lograremos la unidad nacional

"Si confiáis en mí, por favor, originarios del este y del oeste, abrazaos en casa, calmaos y ayudad a los otros a calmarse", manifestó el presidente, quien dirigió la resistencia contra la ocupación indonesia (1975-1999).

"No toméis las espadas, no queméis las casas, no hagáis violencia. Os prometemos que lograremos la unidad nacional para que las cosas vuelvan a la normalidad", dijo Xanana, en unas declaraciones difundidas por la radio australiana, ABC.

Se cree que de la reunión especial puede salir la disolución del Parlamento o que puede servir para diseñar una estrategia ante un posible colapso del Gobierno de Alkatiri, quien ha dicho que la ola de violencia que afecta al país es un intento de golpe de Estado.

Los enfrentamientos violentos entre un grupo de militares expulsados y tropas gubernamentales se originaron en abril pasado cuando 591 soldados fueron licenciados sin paga tras reclamar mejores condiciones laborales.

Pero la situación empeoró al participar en las escaramuzas bandas de jóvenes rebeldes armados con machetes, que han incendiado casas y amedrentado a la población, así como por un aparente enfrentamiento entre el Ejército y la Policía de esta pequeña nación.

La ola de violencia, que a pesar del despliegue de las tropas internacionales de Australia, Nueva Zelanda, Malasia y Portugal continúa afectando a Timor Oriental, ha llevado a miles de ciudadanos a abandonar sus hogares y a refugiarse en iglesias, embajadas, el aeropuerto y el puerto.

Nueve españoles

Los pocos españoles que se encontraban en Timor Oriental la semana pasada han sido evacuados en su mayoría, y sólo quedan en este momento nueve ciudadanos en la antigua colonia portuguesa, informó el cónsul español en Yakarta, Luis Mateos.

"A tres españoles que trabajaban para ONG's los evacuamos en un vuelo comercial a (la isla indonesia de) Bali, y otro que trabajaba para una compañía de seguridad australiana fue evacuado a Darwin por la Embajada de Australia", dijo Mateos.

La última evacuación de un español tuvo lugar el domingo cuando salió para Darwin una joven que se encontraba en Dili con una beca del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo).

Ayuda internacional

El ministro australiano de Exteriores, Alexander Downer, anunció hoy una ayuda adicional de dos millones de dólares australianos (1,4 millones de dólares estadounidenses) para los aproximadamente 90.000 refugiados en Timor Oriental.

La mitad de la ayuda se enviará en forma de alimentos, agua, tiendas de campaña y suministros médicos, y otro millón de dólares australianos será entregado a UNICEF y a otras agencias internacionales, indicó el ministro en un comunicado de prensa.

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