Izquierda Unida, tercera fuerza política en votos en las elecciones del pasado 20 de noviembre, se ha quedado fuera de la Mesa del Congreso de los Diputados, el órgano rector de la Cámara.

El líder del PP, Mariano Rajoy, explicó el lunes, tras acordarlo con el PSOE, como sería la distribución de los puestos: cinco para los populares, tres para los socialistas y uno para CiU. Este martes ha quedado constituida tras la votación.

Para protestar, el diputado Gaspar Llamazares ha interrumpido la sesión de la Cámara Baja reclamando de viva voz una lectura de las normas de elección de la Mesa y el documento del acuerdo suscrito entre los grupos mayoritarios.

No ha tenido éxito. Primero porque, tal y como le ha recordado el presidente de la Mesa de Edad, Juan Manuel Albendea, cualquier diputado puede ser candidato a formar parte de la Mesa; y segundo, porque el reglamento nada dice de la proporcionalidad o el reparto de sitios.

La Mesa, por tanto, tiene ya un presidente, el del Congreso, Jesús Posada; cuatro vicepresidencias -Celia Villalobos y Dolors Montserrat (PP), Javier Barrero (PSOE) y Jordi Jané (CiU) i Uniò-; y cuatro secretarios -Ignacio Gil Lázaro y Santiago Cervera (PP), Teresa Cunillera (PSC) y Carmela Silva (PSOE)-.

Para empezar, todo lo que tenga que ver con las decisiones sobre el funcionamiento de trabajo y el gobierno de la Cámara.

Pero también deja de participar en la elaboración, distribución y gestión del presupuesto del Congreso -lo que perciben los diputados y los grupos-, en la admisión o no de los escritos y documentos presentados por los grupos, en su tramitación o en el establecimiento, por ejemplo, del calendario para los plenos y las comisiones.

Todas estas funciones básicas están detalladas en el reglamento de la Cámara Baja. Pero hay más.

La Mesa puede proponer que se cree una comisión de investigación sobre cualquier asunto, puede prorrogar o reducir plazos y también regular la concesión de acreditaciones para los medios. Asimismo, puede decidir, tras escuchar a la Junta de Portavoces, tramitar proyectos y proposiciones de ley como proyectos de ley orgánica o admitir y tramitar proposiciones no de ley.

Decide, de igual modo, en aspectos como las preguntas en un pleno, sobre el trabajo de las comisiones y es el órgano al que deben dirigirse los diputados para constituir grupo parlamentario o, si se da el caso, para renunciar a su acta.

La Mesa cuenta con algo de ayuda: está asesorada por el Letrado Secretario General y su presidente -Jesús Posada, y antes José Bono- es el que supervisa que todo vaya bien. Si el Gobierno, dos grupos parlamentarios o una quinta parte de los diputados lo pide, la Mesa del Congreso puede acordar, por ejemplo, que un asunto se tramite por procedimiento de urgencia.

La palabra "acordar" aparece constantemente en el reglamento del Congreso. En este caso, se tendrán que poner de acuerdo los nueve miembros -de PP, PSOE y CiU-, para tomar las decisiones correspondientes, aunque la mayoría popular absoluta en la Mesa no necesita de un quórum. No obstante, los convergentes, que han recibido dos presidencias de comisión en el Congreso por cesión del PP, ya han dicho que aprecian el gesto y que este ha sido "un buen inicio de legislatura".