Cabría preguntarse qué cualidades han adornado a una mujer que es reconocida incluso por aquellos que jamás comprarían un disco suyo.

Es evidente que lo que ha llevado a triunfar a esta artista es su imponente voz, pero no es lo único a tener en cuenta en alguien que supo llegar al público en un momento donde ya la imagen era una parte muy importante a la hora de vender un producto musical.

Gran parte de su tirón mediático es es el débito a una serie de cualidades que van más allá de sus virtudes vocales. Podría decirse que gran parte de su éxito se lo debe a la televisión, pero es que tampoco hay que olvidar que se dio conocer al gran público través de este medio en un momento en que sólo existía una, y la veía todo el mundo.

Rocío Jurado encandilaba con sus interpretaciones. Mujer de una belleza racial, con un físico imponente al que supo sacarle partido, desprendía una fuerza que traspasaba la pantalla, tanto a la hora de subirse a un escenario, como al conceder una entrevista.

Una gran fuerza de carácter unida a una gran sensibilidad. Con ella no había medias tintas, sentía con pasión todo aquello que hacía. Y eso el público lo percibe, ya sea a través de la televisión o en directo, sobre un escenario.

Un nuevo concepto de la folclórica

Esta mujer reinventó el concepto de folclórica, lo modernizó. Colgó la bata de cola y se hizo vestir por modistos que la vistieron de diva faraónica, Sus grandiosos trajes para la escena, desde hace muchos años nunca bajaban de los 6.000 euros de precio. Nunca escatimó para las puestas en escena. Y no se recuerda que haya repetido jamás un traje.

Su mejor arma ante la pantalla era la sensualidad , alejada de la senda marcada por las cantantes de copla tradicionales. Incluso rozando el escándalo y retando la imaginación de los censores para tapar ese escote legendario en la televisión del régimen.

Y así, en este aspecto, supo madurar con una gran elegancia. Y lo mismo se puede decir de su música. Rocío Jurado dio un giro hacia una canción más popular, un género más alejado de esas melodías que durante un tiempo llevaron la lacra de haber sido la banda sonora del régimen.

Así, con una personalidad propia y un estilo más fresco, se supo ganar a un público que aún hoy no ha dejado de comprar sus discos e ir a sus conciertos.

Sólo una persona perfectamente conocedora de sus capacidades podía sacarse tanto partido. Ella quiso regalarnos su arte en un precioso envoltorio. No deberíamos pedir más de lo que nos dan.

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