El expresidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), miembro de la junta directiva de la asociación y presidente de Importaco, Francisco Pons, accederá a la vicepresidencia de Bankia avalado por su perfil económico y de consenso, cualidades que le han convertido en el candidato ideal para empresarios y administración.

Según han confirmado a Europa Press fuentes cercanas al proceso, la elección del sucesor de José Luis Olivas ha estado tutelada por el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, que ha estado "muy pendiente" de la evolución de los acontecimientos y "en contacto continuo" con el presidente de Bankia, Rodrigo Rato, y con los representantes del tejido empresarial de la Comunitat Valenciana.

Es más, aseguran que el jefe del Consell tenía "muy claro" desde el primer momento quién podía ocupar ese puesto y que los requisitos que debía reunir eran precisamente tener un perfil económico "avalado y consensuado" con el empresariado valenciano.

El presidente de AVE, Vicente Boluda, ha constatado este miércoles que su antecesor en el cargo tiene el "perfil" adecuado para suceder a Olivas como vicepresidente de Bankia al ser "un empresario de prestigio, honrado y valenciano", cualidades que a su juicio también reúnen "otros muchos" relevantes empresarios de la Comunitat.

José Luis Olivas presentó el 21 de noviembre su dimisión como vicepresidente de Banco Financiero y de Ahorros (BFA) y vicepresidente único para Participadas de Bankia, así como su dimisión como consejero de ambas entidades.

El expresidente de la Generalitat presentó su dimisión durante el consejo de administración de BFA celebrado esa tarde, después de que el Banco de España interveniera Banco de Valencia, participada en un 27 por ciento por BFA, y sustituyera a sus administradores.

Olivas ya había dimitido como presidente del Banco de Valencia el pasado 28 de octubre, antes de que se conociera el resultado de la inspección del Banco de España, que ha arrojado un déficit de provisiones de al menos 562 millones a 31 de marzo.

La decisión de la comisión ejecutiva del Banco de España de intervenir la entidad se produjo tras constatar que el Banco de Valencia no había podido adoptar las medidas adecuadas para asegurar su viabilidad.

El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ha destinado al Banco de Valencia 1.000 millones de euros para fortalecer su capital y 2.000 millones de línea de crédito para asegurar su liquidez.