Los hijos de la crisis toman vida en 'Cuando éramos seres vivos'

  • Nathalie Kuperman se acerca en clave de tragedia griega a los trabajadores sobre los que pende la espada de Damocles del despido.
  • La autora francesa padeció en primera persona el tipo de situaciones que refleja en su exitoso libro.
  • Sin embargo, y pese a la deshumanización empresarial y la amenaza constante del paro, Kuperman mantiene un atisbo de esperanza.
Una descarnada mirada a la crisis actual que ha cautivado a los lectores en Francia.
Una descarnada mirada a la crisis actual que ha cautivado a los lectores en Francia.
La esfera de los libros
Una descarnada mirada a la crisis actual que ha cautivado a los lectores en Francia.

La deshumanización empresarial, la amenaza del paro en tiempo de crisis y un atisbo de esperanza protagonizan Cuando éramos seres vivos, una novela en la que la francesa Nathalie Kuperman se acerca en clave de tragedia griega al día a día de esos trabajadores sobre los que pende la espada de Damocles del despido.

Publicado en España por La Esfera de los Libros, el libro se acerca a los sentimientos de los empleados de un grupo de publicaciones infantiles que acaba de ser comprado por unos propietarios que buscan la rentabilidad a toda costa, y para quienes esos trabajadores son meros números que cuadrar.

Kuperman, que ha presentado su libro en Madrid, ha explicado en rueda de prensa que en principio no tenía intención de dar a la novela ese aire de "tragedia griega" que finalmente ha cobrado con la inclusión de un "coro de empleados" como principal voz narradora y por el hecho de que "el final está anunciado desde el principio".

La autora, que padeció en primera persona el tipo de situaciones que refleja en su libro, ha querido convertirse en una suerte de "bióloga" que estudia desde su microscopio la forma en que miles de personas se enfrentar a diario a la posibilidad de perder su trabajo.

Personas que, según ha considerado Kuperman, han de enfrentarse a una maquinaria empresarial y unas estructuras fijadas que actúan como insalvable rompeolas ante cualquier intento de rebelión de los empleados.

Sindicatos cada vez más diluidos

"Uno de los grandes problemas para una revuelta eficaz es la progresiva individualización y el hecho de que los sindicatos están cada vez más diluidos mientras nos enfrentamos a una gran máquina que sí es solidaria consigo misma", ha argumentado.

Sin embargo, Kuperman cree en el ser humano y en que hay lugar para el optimismo; de hecho, el "coro de trabajadores" representa ese atisbo de esperanza para la humanidad, una "solidaridad grupal" solo rota en ocasiones por el miedo, ha agregado.

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