David Mitchell vuela al Japón del siglo XVIII en 'Mil otoños'

  • 'Mil otoños' es la primera novela histórica del escritor británico, aunque ya había algo de este género en 'El atlas de las nubes'.
  • El libro narra el amor entre una comadrona nipona y un funcionario holandés en el Japón del siglo XVIII.
  • Una obra en la que Mitchell reflexiona además sobre el poder, la corrupción y el deseo de superar la muerte.
Mil Otoños es el último trabajo del escritor británico.
Mil Otoños es el último trabajo del escritor británico.
Duomo
Mil Otoños es el último trabajo del escritor británico.

Considerado uno de los escritores más brillantes de los últimos diez años, el británico David Mitchell publica en España Mil otoños, una novela ambientada en el Japón de los siglos XVIII y XIX en la que reflexiona sobre el poder, la corrupción y "el deseo humano de superar a la muerte".

"Nadie desea morir, pero sin la muerte tampoco hay vida real. Ella debería ser nuestra compañera amistosa, la que nos hace recordar lo importante que es la vida y cómo debemos utilizarla bien", afirma en una entrevista David Mitchell, que en su primer viaje a España se ha desplazado hasta Segovia para participar en el Hay Festival.

Publicada por Duomo, Mil otoños, galardonada con el Premio Commonwealth y finalista del Booker, llega a las librerías españolas precedida por el éxito que ha alcanzado en Gran Bretaña y en Estados Unidos, donde ha encontrado numerosos lectores esta historia de amores prohibidos y de choque de culturas.

Del papel a la pantalla

Mil otoños es la primera novela histórica de Mitchell, aunque ya había algo de este género en partes de El atlas de las nubes, obra que precisamente está siendo adaptada al cine por los hermanos Wachowski y cuenta como protagonistas con Tom Hanks, Halle Berry y Natalie Portman.

"La labor del guionista es muy diferente a la del novelista. Sería arrogante y muy poco sabio pensar que yo sirvo para las dos cosas", comenta este escritor simpático y expresivo.

Casado con una japonesa, vivió durante ocho años en Japón, un país que, comenta, "en el que es imposible que un extranjero se sienta integrado". "Japón no quiere cuerpos intrusos, no permite la integración".

Una isla más pequeña que Trafalgar Square

Sin embargo, no hubiera podido escribir "Mil otoños" sin haber vivido tanto tiempo en ese país. Fue allí donde en 1994 descubrió la existencia de Dejima, una isla artificial situada frente a la bahía de Nagasaki, que en los siglos XVIII y XIX acogió la sede de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales.

Esa isla, "más pequeña que Trafalgar Square", era el único lugar de contacto con Occidente que tenía Japón, explica el escritor, quien desde que vio aquel enclave sabía que "allí había una novela".

En el libro, Mitchell recrea de forma minuciosa cómo era Dejima, "una puerta entre el Japón aislado y la Holanda comercial; un lugar de choque de culturas y para ganar dinero, comerciar e intercambiar ideas, a veces de forma voluntaria y otras, involuntaria".

A Dejima llega Jacob Zoet, un joven holandés de familia protestante, con la misión de investigar las cuentas de la Compañía de las Indias Orientales. "Él era un hombre honrado en un nido de víboras", comenta el escritor británico, en cuya novela "está muy presente la corrupción", la de aquella época y la de siempre.

Detrás de la obra hay un exhaustivo proceso de documentación de cuatro años, por un lado, más otro año que pasó Mitchell con su familia en Japón para preparar el libro y para que su hija pequeña "pudiera aprender japonés".

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