Desahucian la mezquita de Lleida por impago del alquiler

  • Estaba precintada desde hace un año por incumplir el aforo máximo permitido.
  • La comunidad islámica debía 9.000 euros de cinco meses de alquiler.
  • El cerrajero ha colocado una nueva cerradura en el local.
Cambio de cerradura de la mezquita de Lleida.
Cambio de cerradura de la mezquita de Lleida.
EP
Cambio de cerradura de la mezquita de Lleida.

Los responsables de la comunidad islámica de la calle Norte de Lleida no han acudido este viernes al desprecinto de la mezquita que se ha llevado a cabo en cumplimiento de una orden de desahucio por impago del alquiler.

Asimismo, tampoco se han presentado los propietarios del local, precintado desde hace un año por el Ayuntamiento por incumplimiento reiterado del aforo máximo permitido. Sí ha acudido, sin embargo, la procuradora que representa a los propietarios en el proceso judicial que iniciaron para reclamar los 9.000 euros por cinco meses de alquiler que les debía la comunidad islámica, que ésta dejó de pagar tras la clausura de la mezquita por parte del Ayuntamiento.

En medio de una gran expectación mediática, un cerrajero ha dado cumplimiento a la orden de la Guardia Urbana de quitar los candados. Los representantes del juzgado que han estado presentes en el desprecintado han explicado a los periodistas que no se esperaba la presencia de ningún miembro de la comunidad islámica, debido a que ya vaciaron el local antes de que la Policía lo clausurase, en septiembre del año pasado.

El imán Abdelwahab Houzi hace semanas que se encuentra de viaje fuera de España. Asimismo, otro de los responsables de la mezquita, el segundo de la junta, también se encuentra actualmente de viaje, según ha confirmado uno de los fieles que acude a rezar al pabellón abierto de Camps Elisis que el consistorio cedió a la comunidad de la calle Norte desde que esta se quedara sin local.

Al no presentarse ni esperarse a nadie, el cerrajero ha colocado una nueva cerradura en el local, como es habitual en los casos de desahucio judicial, y le ha entregado las llaves a la procuradora para que se la haga llegar a los propietarios. Una vecina del local en el que se encontraba el templo, Montserrat Castany, ha explicado que todos los vecinos se alegran mucho de que la mezquita no se ubique más en su calle, debido a que los fieles causaban muchos problemas de convivencia.

"Hemos tenido durante muchos años problemas de ocupación de la vía, de ruidos y de suciedad, ya que hacían sus necesidades en los portales. Todos los vecinos nos alegramos de que se vayan. Que vayan a otro lugar donde tengan más sitio, porque aquí no cabían y si se hubiera producido un incendio habríamos ardido todos", ha señalado la vecina.

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