El edificio más grande de Palmira es el templo de Bel, dedicado a la deidad suprema babilonia, y cuyo techo, ya desaparecido, estaba originalmente recubierto de oro.
GTRESLa gran columnata era el camino que daba la bienvenida a los comerciantes de las caravanas que entraban en la urbe. Se extiende a lo largo de 1,3 kilómetros con 750 columnas alineadas en ambos lados.
GTRESEl devenir de Palmira pende de un hilo y su pérdida podría suponer la desaparición de "un tesoro irremplazable para Siria y el resto del mundo", como la ha descrito la directora general de la Unesco, Irina Bokova. Antes de que los yihadistas irrumpieran ayer en su interior, las autoridades sirias lograron sacar un centenar de estatuas y trasladarlas a lugares seguros.
GTRESPalmira era conocida como la novia del desierto por su belleza y estaba enclavada en una encrucijada de civilizaciones. En ella se mezclaron técnicas grecorromanas, con tradiciones locales e influencias persas.
GTRESDurante el siglo I y II d.C. el arte y la arquitectura de Palmira alcanzaron su máximo esplendor. A mitad del siglo I, este oasis pasó a estar bajo el control de los romanos dentro de la provincia romana de Siria. Rápidamente, comenzó a crecer por su localización en la ruta comercial que unía el Imperio romano con Persia, la India y China.
GTRES