Berlín se opone a la creación de eurobonos y el Consejo Europeo aplaude los ajustes de Italia

Un gran sí­mbolo del euro frente a la sede del Banco Central Europeo en Francfort.
Un gran sí­mbolo del euro frente a la sede del Banco Central Europeo en Francfort.
Kai Pfaffenbach / REUTERS
Un gran sí­mbolo del euro frente a la sede del Banco Central Europeo en Francfort.

El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se mostró en contra de ayudas ilimitadas a los países de la eurozona afectados por la crisis de la deuda y advirtió de que "no habrá una salvación a cualquier precio".

"No habrá un reparto de las deudas ni un apoyo ilimitado. Hay ciertos mecanismos de apoyo que desarrollamos bajo condiciones estrictas", dijo Schäuble en declaraciones que publica la revista Der Spiegel en su edición de la próxima semana. Schäuble rechazó expresamente la fórmula de crear títulos de deuda común europea, los llamados eurobonos.

Schäuble dijo que los eurobonos no son deseables "mientras cada país desarrolle su propia política de finanzas" y mientras se necesiten "los diversos tipos de interés para que haya estímulos y mecanismos de sanción para forzar la consolidación". "No habrá una salvación a cualquier precio", subrayó Schäuble.

Entre tanto, en Alemania crecen las voces críticas de la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de comprar títulos de deuda soberana de los países afectados por la crisis, como España e Italia.

Ante todo, dentro de los partidos de la coalición de gobierno, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel, su ala bávara la Unión Socialcristiana (CSU) y el Partido Liberal (FDP), se hace cada vez más fuerte la idea de que con la compra de títulos de deuda soberana el BCE ha renunciado a parte de su independencia.

"El BCE no puede convertirse en una institución que corrija los errores de política presupuestaria de países como Italia", dijo a Der Spiegel el jefe regional de la CDU y primer ministro del estado federado de Hesse, Volker Boufier.

Su colega de Sajonia, Stanislaw Tillich, dijo que el programa del BCE tenía que ser una excepción ya que si se convierte en algo recurrente terminarán teniendo razón aquellos que, cuando se introdujo el euro, temían que ese organismo se preocupase menos de la estabilidad monetaria que lo que lo había hecho tradicionalmente el Bundesbank.

Van Rompuy aplaude las medidas italianas

Por otro lado, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, saludó las "rigurosas" medidas financieras adoptadas por el Gobierno del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, en el marco de un nuevo plan de ajuste.

"Apoyo plenamente y saludo las medidas financieras oportunas y rigurosas" impulsadas por Italia, indicó Van Rompuy tras haber mantenido una conversación telefónica con Berlusconi. "Esas medidas aprobadas son crucialmente importantes no solo para Italia sino para toda la eurozona", indicó.

El Gobierno italiano aprobó un nuevo plan de ajuste de 45.500 millones de euros con el que pretende alcanzar el equilibrio presupuestario en 2013 y calmar la inquietud de los mercados sobre la situación que atraviesan las finanzas públicas del país.

Roma implantará la llamada "contribución de solidaridad", que grava con un 5% los salarios que superen los 90.000 euros al año, y con un 10 % a los que excedan los 150.000, todos ellos deducibles de la renta y con una duración de tres años a partir de 2011.

El Gobierno italiano apuesta además por la supresión de las provincias de menos de 300.000 habitantes o de 3.000 kilómetros cuadrados de superficie.

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