Tras una semana de intensas movilizaciones por la prohibición de entrar en la Puerta del Sol por parte de las Fuerzas de Seguridad, reconquistada este viernes, unido a la dura carga policial del pasado jueves frente al Ministerio del Interior (con varios heridos y detenidos), el movimiento 15-M ha vuelto a celebrar una asamblea general en la céntrica plaza madrileña.

Todo para hacer balance de lo acontecido en estos días tan movidos, además de para decidir las actuaciones de cara a dos grandes eventos: la visita del Papa Benedicto XVI a Madrid, y las elecciones generales del 20 de noviembre. Pero también para organizarse de cara al futuro, con la propuesta de la creación de un partido político asambleario que representase al movimiento.

Esto ha sido rechazado por la asamblea, ya que según algunos de los asistentes el objetivo debe ser "cambiar las reglas amañadas del juego", en referencia a la ley electoral, para así poder "combatir con otro marco más favorable". El germen de la propuesta estaba en que el movimiento se organizase en un partido, pero funcionando como hasta ahora, con todas las asambleas y comisiones representadas en este. La propuesta fue finalmente bloqueada, aunque el debate continuó sobre el tipo de voto en las elecciones.

Los partidarios del voto en blanco fueron superados por los del voto nulo, ya que, según estos últimos, votar en blanco "favorece al ganador", y el nulo "muestra el descontento", aunque no se tomó una determinación consensuada sobre que actuación seguir. A raíz de esta idea, surgió la propuesta de crear un partido que se comprometiese a dejar su escaño en blanco, pero tampoco fue consiguió el consenso.

La asamblea, que contó con menos asistencia de lo habitual en estos actos, comenzó con una crítica hacia la cobertura que los medios de comunicación han dispensado a lo relacionado con el movimiento. Pero la peor parte se la llevó, como era esperado, la Policía: desde la asamblea no entienden que las Fuerzas de Seguridad se atribuyan "decidir quien es 'indignado' y quien no", en referencia a la actuación policial a la hora de permitir la entrada en la Puerta del Sol a una serie de personas, y de negársela a otras.

También apareció el nombre de la Delegada del Gobierno, María Dolores Carrión, a la que se le exigió que dimitiese por lo acontecido durante esta semana, además de que pidiese disculpas públicamente; a la vez, se ha pedido con vehemencia la retirada de cargos de todos los detenidos.

Siguiendo con esta línea, la nueva comisión de desahucios denunció los desalojos tanto del Paseo del Prado como de los representantes de la acampada que quedaban en la Kilometro cero madrileño, y ha explicado como serán las actuaciones de cara a futuras actuaciones.

Después llegó el turno para la comisión de política a largo plazo, que aseguró que en Sol existió un "estado de excepción" al no permitir a los 'indignados' la entrada a la plaza, al igual que ocurre con la prohición de entrar en el Congreso de los Diputados.

Sobre la carga policial, esta comisión ha revelado que, tras dicha actuación policial, varias personas fueron perseguidas por los agentes. Pero para este grupo no es una "victoria" haber recuperado la plaza, sino en "profundizar en la desobediencia civil y en generar apoyo exterior, y que no todo se reduce a poder volver a celebrar asambleas o concentraciones en una zona tan simbólica.

Por último, la comisión denunció la "represión del Estado" dirigida por "el poder económico de los comerciantes", y se quejaron de que hagan lo que hagan "seremos violentos" de cara a la opinión pública.

Muchas han sido las especulaciones sobre qué medidas tomará el movimiento hacia las Jornadas Mundiales de la Juventud, que se celebrarán a mediados de agosto en Madrid, y que contarán con la visita del Papa Benedicto XVI a la capital de España.

La asamblea tuvo un animado debate sobre esta cuestión, en la que la conclusión general fue apostar por el "máximo respeto" hacia ese evento tan señalado, optando por las concentraciones pacíficas, con la propuesta de apoyar las protestas convocadas por algunas asociaciones laicas, y descartando cualquier acción violenta o de otro tipo que entorpeciese los actos.

Pero las críticas a la jerarquía católica aparecieron y con mucha fuerza. En primer lugar, la asamblea rechazó el desembolso económico que supone esta visita del Jefe del Estado vaticano, con la exposición de los datos financieros correspondientes, lo que supuso también una crítica a lo que el Estado destina de los Presupuestos Generales a la Iglesia Católica.

Con algunas intervenciones más apuntando a que las JMJ podrían ser "una oportunidad para demostrar que el movimiento es inclusivo",  se pidió distinguir a la Iglesia, criticada en la asamblea, del cristianismo.

Finalmente, se propuso una medida inédita hasta ahora: desvincular las asambleas de la etiqueta 15-M, para que "no nos manipulen", según manifestaron algunos asistentes.