La factura por la boda de Alberto de Mónaco y Charlene ha superado, por más del doble, las previsiones que numerosos medios habían estimado. Frente a los ocho millones de euros que apuntaban estos, el Principado acaba de revelar que los tres días de fiesta por el enlace de los príncipes ha supuesto veinte millones.

El presupuesto total de las festividades se divide prácticamente a partes iguales entre Palacio y el Estado, que ha previsto en los presupuestos nacionales una aportación de 9,85 millones.

El Instituto monegasco de Estadísticas y Estudios Económicos tiene todavía que calcular las repercusiones económicas y turísticas que ese enlace ha tenido sobre la ciudad-Estado, y está previsto que se difundan las cifras en septiembre.

Las celebraciones incluyeron un concierto del grupo californiano The Eagles el día previo a la boda civil, otro del francés Jean Michel Jarre tras ese primer enlace, así como otros actos culturales y musicales en diversos puntos del Principado, y recepciones a los invitados y a los monegascos.

En total acudieron unas 800 personalidades internacionales, entre jefes de Estado, representantes de las casas reales, del mundo de la moda y de los deportes, y a 500 de ellos se les agasajó además con una cena preparada por el célebre chef francés Alain Ducasse.

En la boda participaron marcas conocidas como Montblanc, Lexus, el grupo BMW o Perrier-Jouët, pero Palacio no ha precisado el tipo de acuerdo económico al que se llegó con esas compañías de lujo.