Los vocalistas de cinco de los principales grupos asturianos integrantes durante varios años del cartel del Derrame Rock han criticado duramente al Gobierno autonómico, y especialmente a su Consejería de Cultura, por la marcha a Ourense de este festival, donde este fin ha celebrado semana celebra su decimosexta edición, la primera fuera de Asturias.

Jorge Martínez (Ilegales), Xune Elipe (Dixebra), Ramón Lage (Avalanch), Maxi (Fe de Ratas) y Miguel Fernandi (Skama la Rede), que junto con Escuela de Odio y Mala Reputación, son los vocalistas de los grupos asturianos más representativos del evento, han lamentado profundamente la salida de Asturias de la cita. Según la organización, el número de asistentes ha rondado las 20.000 personas en su edición gallega. La falta de apoyo, de promoción y de interés del Ejecutivo autonómico han sido las principales razones demandadas.

Martínez responsabiliza "totalmente al Principado, no así el Ayuntamiento de Pravia". "No sé por lo que apuestan, pero parece que estas cosas las dirige el Pato Donald", señaló. A su juicio, "no existía apoyo, y había un cierto acoso policial sobre el público, porque cualquiera que asistiese al festival era culpable de al menos doce delitos distintos", señaló. A su juicio, "en Galicia se han hecho con un festival que ya tenía una trayectoria y les ha salido muy bien". "Ahora que todo el mundo quiere hacerse con festival, aquí lo teníamos y los hemos dejado ir", lamentó.

En un sentido similar se pronunció el vocalista de Avalanch, una de las cuatro bandas asturianas participantes en el Derrame de este año (junto con Escuela de Odio, Dixebra y Skama la Rede), para quien "no solemos mirar para lo nuestro, no le damos importancia hasta que lo perdemos". "Es uno de los festival más potentes del país, y era una puerta a darse a conocer, para bandas noveles y para bandas con una trayectoria, y una oportunidad para tocar en casa, con buena infraestructura y una buena organización", ha añadido.

Ayudas en ourense

Para Xune Elipe, de Dixebra, el gobierno autonómico, "no tenía demasiado interés a última hora por el festival, y eso fue una de las cosas que influyó muchísimo". "Fue marchar de Pravia y encontrar en una capital como es Ourense y en plenas fiestas, que el Ayuntamiento y la Diputación doblaban la ayuda y el enorme apoyo dado, por lo que yo entiendo que el promotor, Enrique Granda, se lo plantease".

Desde su punto de vista, "responde a un desinterés total y absoluto por determinada cultura, la del rock". "No hay una planificación cultural de lo que se quiere hacer", porque "sólo se invierte en unas infraestructuras grandísimas, como Niemeyer o La Laboral, pero que hay que llenar de contenido", critica.

En un sentido similar se expresó Maxi, de Fe de Ratas, para quien los responsables políticos no están interesados en fomentar un festival de rock "contestatario", porque "es el que está dándole directamente al poder en muchos sitios". "Puedo entendeer que no quieran dar a conocer o hacer mucha publicidad de ello, pero no es justificable porque en la libertad de todos está el opinar también", comentó.

A juicio de Miguel Fernandi, el Principado "no tenía que haber dejado marchar el festival, porque es perder un festival de 15.000 personas". Tras su paso por el escenario este año, opina que el evento "pierde su esencia, antes tocábamos en un 'prau' y ahora en un pabellón y sobre una explanada, creo que sale perdiendo".