Un tronco fósil expuesto en Cuenca ayuda a explicar la mayor pérdida de diversidad del planeta

  • Aporta información sobre como los hongos provocaron la muerte de grandes árboles en distintos puntos del planeta.
  • El tronco tiene al menos 260 millones de años, y pertenece al género 'Dadoxylon'.
  • En aquel periodo se produjo una crisis de diversidad mucho peor que la de los dinosaurios, según un paleontólogo.
Imagen del tronco fósil del genéro dadoxylon, expuesto en Cuenca.
Imagen del tronco fósil del genéro dadoxylon, expuesto en Cuenca.
Santiago Torralba / EFE
Imagen del tronco fósil del genéro dadoxylon, expuesto en Cuenca.

El tronco fósil expuesto al público desde esta semana en Cuenca registra por primera vez en Europa una interacción entre hongo y planta, datada a finales del periodo Pérmico (260 millones de años atrás), y que ayuda a los científicos a explicar la mayor extinción de diversidad de la historia del planeta.

El estudio de este ejemplar, del género Dadoxylon, aporta información sobre el ataque de hongos que provocó la muerte de grandes árboles en distintos puntos del planeta a finales del Pérmico, cuando se produjo la mayor extinción animal y vegetal sobre la Tierra, según ha explicado el paleontólogo Francisco Ortega.

La buena conservación fósil del hongo atacante y del tronco que lo alberga está ayudando a los expertos a explicar "cómo se produce el deterioro medioambiental en ese momento, hace 260 millones de años" ha precisado Ortega. El paleontólogo ha puntualizado que en aquel periodo "se produjo una crisis de diversidad todavía mucho peor que la de los dinosaurios".

Ortega ha explicado que "muchos trabajos" están enfocados a analizar en qué condiciones se produjo el deterioro ambiental del planeta en aquel momento, y en este sentido el tronco fósil de Cuenca aporta datos muy interesantes. "La existencia de troncos tan grandes, muy bien preservados, con ataques fúngicos, que conocemos ahora en los olmos, aporta cierta información" de la interacción que hubo entre el hongo y la planta.

La pieza, de 6,2 metros de largo y seis toneladas de peso, fue rescatada en 1994 de su yacimiento de Landete, en la Serranía de Cuenca, donde estaba siendo expoliada. De hecho, Francisco Ortega sostiene "en muy poco tiempo el tronco perdió casi un metro de longitud".

La paleontóloga Mercedes Llandres ha sido encargada de la restauración y conservación del tronco que desde esta semana se exhibe en el jardín de Ars Natura, el Centro de Interpretación de la Naturaleza de Castilla-La Mancha ubicado en Cuenca. Durante la presentación del fósil, Llandres explicó que los tratamientos químicos aplicados "van a permitir que esté a la intemperie y que no sufra ningún daño".

El tronco carece de corteza y muestra el leño secundario carente de anillos de crecimiento, de lo que se deduce que vivió en un clima cálido con monzones. Su anatomía es semejante a la 'araucaria angustifolia', una conífera que crece en América del Sur y en Galicia y el norte de Portugal.

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