Youssou es toda una celebridad en su país. Contribuyó al desarrollo del mbalax, la música tradicional senegalesa, y se involucró en la defensa de causas como la del expresidente sudafricano Nelson Mandela. Hoy en día es dueño de una auténtica fortuna: posee el canal de televisión de más audiencia del país, TFM, una radio y un diario, además de una conocida discoteca. En su nuevo disco, Dakar-Kingston, explora los ritmos del reggae jamaicano.

¿Cómo ha sido compartir el cartel del Festival Afroflamenco con Antonio Carmona?

Ha sido un placer y un gran éxito que agradezco a la Embajada de España. Siempre me han encantado los intercambios con otros artistas. Es algo que vengo haciendo desde hace muchos años. La oportunidad de actuar con Antonio es muy enriquecedora. Me gustaría profundizar más en el flamenco.

¿Qué diferencia hay entre tocar ante su público y hacerlo en otros lugares del mundo?

El público extranjero, tanto en Europa como en otras partes del planeta, conoce fundamentalmente 7 seconds. El público senegalés, por lo pronto, entiende la letra y el ritmo del mbalax, y eso los sitúa más cerca de mis canciones. Pero mis discos editados para el mercado europeo también les llegan.

En 1985 organizó un concierto por la liberación de Nelson Mandela. ¿Por quién o por qué causa se mojaría hoy en día?

Quizás en la actualidad no exista un Nelson Mandela, pues fue un personaje único e irrepetible en la historia reciente que luchó por una serie de injusticias muy determinadas. Pero actualmente las nuevas tecnologías brindan grandes posibilidades de comunicación en favor de la lucha por los derechos humanos. Y eso es algo muy positivo.

Los músicos senegaleses tienen graves dificultades para salir adelante. ¿Qué le falta a este país en ese aspecto?

Senegal es un país con muchas regiones, en el que la música popular tiene muchas y muy interesantes caras diferentes. Pero desgraciadamente el Gobierno tiene otras prioridades que no pasan por desarrollar la política cultural. El desempleo es la gran lacra de este país. El apoyo a la cultura tiene que pasar por la formación. Es como una vía de tren: uno de los raíles es la creatividad, que existe, y el otro es la inversión, que no existe. El tren no conseguirá arrancar hasta que ambos raíles estén bien fijados.

Usted es una persona influyente en Senegal. ¿Hasta qué punto puede su posición contribuir a mejorar la vida de sus habitantes?

Por un lado, la música es entretenimiento, y eso ayuda a que la gente se sienta mejor ante las dificultades de la vida. Pero por otro también contiene un mensaje que puede llegar al público y hacerle reflexionar sobre conceptos como libertad y democracia.

En Dakar-Kingston ha apostado por el reggae... ¿Qué papel juega en su evolución como artista?

Las nuevas ideas rompen con todas las antiguas. Desde los 15 años, que comencé a hacer música, he tratado de renovar esas ideas. Este disco es una evolución de todo mi sonido anterior, y espero que un preludio de una nueva evolución de cara a mi próximo disco, que llegará el año que viene. Vamos poquito a poco...