El dermatólogo acusado de abusar sexualmente de una paciente durante una depilación reivindica su inocencia

La defensa ve intereses económicos y dice que la mujer le denunció "por despecho"

El dermatólogo acusado de abusar sexualmente de una paciente durante un tratamiento de depilación láser ha vuelto a clamar este lunes su inocencia durante la última sesión del juicio, que ha quedado visto para sentencia.

En la vista oral, celebrada en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, todas las partes han elevado a definitivas sus conclusiones. Así, el fiscal ha valorado la "constancia" de la víctima en su relato y ha defendido que los hechos constituyen un abuso sexual sin consentimiento cometido en unas circunstancias en las que la víctima "no tenía ningún motivo para mostrar precaución o remisión". Con ello, el Ministerio Público mantiene su petición de cuatro años de cárcel e inhabilitación profesional para el acusado y 6.000 euros de indemnización por los daños morales.

Por su parte, la acusación particular ha instado a que se le condene a siete años de prisión e inhabilitación profesional, por haberse aprovechado de "la indefensión" de la mujer, a la que conminó a adoptar una posición "impropia para la depilación", "con fines distintos". Así, ha defendido que los hechos son constitutivos de un abuso sexual, "sin violencia, pero sin consentimiento", que atenta contra la libertad de la víctima, cuyo relato ha calificado de "firme, sincero, coherente y sin fisuras".

Por último, la letrada de la defensa ha defendido la presunción de inocencia de su representado y ha recordado que son las acusaciones las que tienen que demostrar tanto que el hecho ha ocurrido, como su autoría. Ana García Boto ha señalado que el episodio no reúne requisitos como la verosimilitud ni la persistencia en la incriminación, a su juicio, llena de "lagunas y dudas".

En su exposición, ha asegurado que la supuesta víctima oculta "intereses económicos clarísimos" y su denuncia, "no corroborada por los datos periféricos", se debió a su "despecho", por la voluntad del médico de finalizar la relación que ambos mantenían y que se caracterizaba por "encuentros sexuales esporádicos".

Por último, y tras interesar su absolución, ha considerado "del todo desproporcionada" la solicitud de entre cuatro y siete años de inhabilitación profesional, que, en cualquier caso, "debería afectar sólo a las depilaciones" y no a su labor en la Seguridad Social.

En la primera sesión del juicio, el hombre relató cómo sobre las 19.15 horas del 20 de mayo de 2008 ella entró en la consulta después de un año sin verse y mantuvieron una relación que no fue completa ante el temor de ser descubiertos. Por el contrario, la mujer señaló que no existía ningún tipo de relación personal entre ambos, más allá de la que caracteriza a la del médico con su paciente.

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