En la mayoría de los casos se trata de clientes de empresas de telecomunicaciones o Internet, o de academias de inglés, que después de tramitar la baja, siguen recibiendo requerimientos de pago que se niegan a incumplir. En otros casos sí existió el impago, pero fue resuelto, aunque sigue constando en la lista.

Los usuarios que sean incluidos en el registro de morosos tienen que recibir en su domicilio una notificación por escrito. Si la empresa no se los comunica, le pueden caer hasta 300.000 euros de multa. Según Adicae, la mayoría de la población sólo se da cuenta que están registrados en la lista «negra» hasta que llegan al banco a pedir un crédito.

¿Qué hacer para salir del listado?

Sólo hay dos vías: pagar la deuda o demostrar, normalmente por la vía judicial, que el denunciante no tiene la razón. Puede saber si está inscrito en el registro de morosos solicitando dicha información al banco al que va a pedir el crédito o reclamársela a la empresa con la que ha tenido problemas. Si los datos son incorrectos o si figura una deuda inexistente debe pedir por escrito al registro su rectificación, que tiene que ser efectiva en el plazo de un mes.