La cinta dura 90 minutos y cuenta, en tiempo real, lo que ocurrió en el vuelo 93 de United Airlines y en tierra, mientras los pasajeros, la tripulación, los controladores aéreos y las autoridades militares intentaban que el avión no tuviese un final tan dramático como el de los otros tres que fueron víctimas de un atentado terrorista aquel día.

Según la productora, la película ha sido realizada con el apoyo de las familias de los pasajeros que viajaban a bordo.

Greengrass recopiló las conversaciones y mensajes que mantuvieron antes de morir y se inspiró en la personalidad de las auténticas víctimas.

Para interpretarlos ha escogido a actores casi desconocidos.

Aunque a día de hoy, aún se desconoce lo que sucedió realmente y existen muchas teorías, incluída la de que fue derribado por el propio Gobierno para impedir que se estrellara contra otro edificio, la película presenta a los pasajeros como héroes.

Al menos en la gran pantalla redujeron a los terroristas e impidieron una tragedia mayor.

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