La corrosiva e incorrecta nostalgia del pintor David Lyle

  • Sus cuadros están basados en fotos encontradas al azar o compradas por eBay.
  • Las 'contamina' con mensajes que ironizan sobre asuntos actuales: el control y la vigilancia, el consumo compulsivo, la violencia...
  • "Me gusta mezclar el desconocimiento del pasado y darle un giro", dice.
David Lyle juega con la cultura de la paranoia en este cuadro
David Lyle juega con la cultura de la paranoia en este cuadro
David Lyle
David Lyle juega con la cultura de la paranoia en este cuadro

Un grupo de viajeros de un tren suburbano. La normalidad de lo cotidiano: alguien lee un diario, otros echan una mirada al diario ajeno... La imagen, de atmósfera vintage (podría ser de los años sesenta), ha sido reproducida al aceite por el pintor David Lyle.

Pero el artista no se queda en la mirada cool de un cofrade lowbrow, esos que abundan tanto como las suspensiones de pagos.

Lyle ha intervenido en la imagen original, la ha contaminado. Uno de los viajeros, un hombre joven de mirada algo somnolienta, sostiene en su regazo unos cuantos cartuchos de dinamita conectados a un despertador-temporizador.

Parodia de una campaña que busca la delación

El cuadro se titula, If you See Something, Say Something (Si ves algo, di algo), como la polémica campaña de delación de actividades sospechosas para la seguridad nacional que han impulsado los departamentos antiterroristas estadounidenses.

Toda la obra de Lyle, nacido en Okinawa-Japón en 1971, pero estadounidense de nacionalidad y residencia (Nueva York), practica el mismo juego: ironizar con sarcasmo sobre el presente mediante imaginería del pasado.

En otra obra emplea el lema If You Love Something, Set It Free (Si amas algo, libéralo), un lugar común entre las frases de amor (y en el pop, como demostró Sting con su indigesta canción): un hombre asomado a una ventana, con el brazo extendido y la palma de la mano abierta, como soltando a un pájaro hacia la libertad. Lo que vuela en caída libre es una mujer, de la que sólo se ven los zapatos de tacón.

La incorrección política de Lyle, su agudo ingenio y la técnica de sus cuadros le han valido para establecerse como uno de los valores emergentes de la pintura estadounidense actual. Acaba de ser fichado por la galería británica Nosco y este verano expondrá por primera vez en Londres.

La mayor parte del material inicial sobre el que basa sus cuadros lo encuentra de forma casual."Algunas fotos las encuentro al azar, otras las compro en eBay, rastros, mercadillos o subastas particulares", explica.

Añade que le resulta "divertido" trabajar con imágenes del pasado porque "hay un gran desconocimiento, ignorancia e inocencia rodeando nuestra historia". Aunque intenta "preservar en el cuadro la imagen original y su espíritu" quiere "darle un giro, un pequeño cambio que trastoque todo el significado".

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