Las protestas contra el régimen del presidente de Siria, Bachar al Asad, se han extendido este viernes por todo el país, según activistas y grupos opositores sirios, que hablan de heridos y detenidos.

Damasco y su zona rural, Latakia, Hama, Homs y Banias, en el norte del país; Deraa, en el sur, y Deir el Zor y Qamishli, en el este han sido escenario de numerosas manifestaciones de protesta convocadas por la oposición y que comenzaron tras la oración del mediodía.

"Las manifestaciones se han generalizado en todas las provincias del país, en algunas de ellas las fuerzas de seguridad emplearon la violencia y arrestaron a manifestantes", dijo Damasco por vía telefónica Haizam Al Malih, abogado y activista de los derechos humanos.

Al Malih indicó que en la plaza de los Abasíes de Damasco tuvo lugar una gran protesta en la participaron ciudadanos de otras localidades y que según Al Malih, "fue objeto de un ataque con palos y armas blancas protagonizado por unos 4.000 matones y delincuentes bajo la protección de las fuerzas de seguridad".

El activista agregó que numerosas ambulancias acudieron a la plaza para atender a los heridos, cuyo número no pudo precisar.

En la ciudad de Der al Zor, a orillas del río Eúfrates, 20 personas fueron detenidas cuando salían de una mezquita, según Al Malilh, que comentó que en otras poblaciones las fuerzas de seguridad asaltaron a los manifestantes antes del fin de la oración.

Viernes tras viernes, desde el pasado 18 de marzo, numerosos sirios han salido a la calle para pedir reformas democráticas.

Por otra parte, un testigo aseguró que decenas de miles de personas se congregaron en la ciudad de Deraa, cercana a la frontera con Jordania, frente a la mezquita Al Omari.

La fuente comentó que no se había registrado ningún tipo de violencia debido a la ausencia total de policía en la zona e indicó que habían confluido en Deraa manifestantes de localidades de los alrededores.

Asimismo, el grupo opositor 'Revolución Siria' informó a través de su página en Facebook de manifestaciones en la provincia de 'Rif Dimashq' colindante con Damasco, así como en Homs, Hama, Alepo, Banias, Qamishli o Latakia.

Se había convocado el 'Viernes de la Determinación', para continuar exigiendo reformas democráticas y la supresión de la Ley de Emergencia, impuesta en el país desde 1963.

El régimen sirio sostiene que estas protestas son parte de una "gran conspiración" y responsabiliza a grupos radicales, que no identifica, de la violencia contra manifestantes y policías.