El asesino múltiple de Olot, Pere Puig, confesó al policía local que le detuvo que hacía tiempo que planeaba los asesinatos de sus jefes, dueños de construcciones Tubert, y empleados de la sucursal de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), y que el día de los hechos, el pasado 15 de diciembre, había decidido que "tenía que hacerlo".

En declaraciones a los periodistas en la puerta de los juzgados de Olot, el agente ha detallado que Puig le aseguró que "lo tenían agobiado": sus jefes porque no le habían pagado las pagas extra de junio y Navidad, y los empleados de la entidad bancaria porque le pedían un dinero que él no había gastado.

El agente, que ha testificado este viernes ante el juez, ha explicado que en el momento de la detención desconocía lo que había ocurrido, pero que el asesino lo contó todo, no opuso resistencia e hizo lo que le pidieron.

"Nos paramos porque el coche estaba mal estacionado y fuimos a denunciarlo", ha reconocido el agente.

Al cruzar la calle la policía se dio cuanta de que el vehículo estaba en marcha y pasearon por la zona para ver si encontraban al propietario. Entonces, la dependienta de una tienda cercana a la CAM salió a buscarlos para decirles que alguien había disparado en la entidad, ha descrito.

"En ese momento Puig salió de la CAM, con el rifle en la mano, encarado al suelo", ha relatado.

Entonces, el policía le preguntó si había disparado y en ese momento el asesino múltiple le contó todo lo que había hecho y sus motivos.

Puig le dijo al agente: "Me han agobiado y tenía que hacerlo, ya hacía unos días que me lo estaba pensando y hoy lo he tenido claro. He disparado tiros aquí y en la Canya".

El policía ha resaltado la actitud tranquila de Puig en todo momento e incluso ha reconocido que cuando vio la escopeta pensó que era de balines.

"Entonces pensé que era del calibre 22, pero el mismo Puig me corrigió y me dijo que era de 30'06". "Este calibre es para matar jabalíes, es muy grande, son balas potentes", ha explicado.

Los tubert querían cerrar la empresa

Entre los testigos que han pasado este viernes por el Juzgado de Instrucción número 2 de Olot, se encuentra la mujer del constructor muerto, Joan Tubert, que ha reconocido que su marido le comentó que si no tenía trabajo cerraría la empresa.

La mujer que ha llegado a los juzgados acompañada por su hija ha explicado que su marido nunca le había comentado que tuviera problemas con Puig.

Ella sí que conocía al asesino, "de cuando iba a las obras", y lo ha descrito como "una persona tímida y que siempre bajaba la cabeza" y que siempre contestaba correctamente.

La mujer también ha comentado que "hasta el día de los hechos Pere Puig estaba dado de alta en la empresa" y que no le consta que su marido le comentara que iba a despedirlo.

La viuda de Tubert incluso ha apuntado que a día de hoy el asesino sigue cotizando en la empresa.

Este viernes ha sido el último día de declaraciones de testigos ante el juez. Desde el miércoles han pasado por los juzgados de Olot más de treinta personas, entre testigos de los dos crímenes en el bar 'La Cuina de l'Anna' de La Canya, dónde murieron los constructores Tubert y los que presenciaron los otros dos crímenes en la CAM.

Hoy han pasado varios familiares y también los agentes de la Policía Local y de los Mossos d'Esquadra que han participado en la investigación de los hechos.