El patio de butacas del emblemático Teatro Real se ha completado e, incluso, hay gente que se ha tenido que quedar fuera, de cara al sorteo de la Lotería de Navidad de 2013.

Entre los cerca de 400 asistentes predominaba el color rojo de los gorros de Papá Noel como el que llevan, entre otros, Iván, Bea y David, tres gallegos que han aguantado desde las doce de la noche a que se abrieran las puertas del Real, a base de cafés.

Unas seiscientas personas esperan a sus puertas, a una hora del comienzo del sorteo, algunos desde las cuatro de la tarde del sábado, para vivir en directo este acontecimiento y coger un buen sitio dentro del emblemático edificio.

Es el caso de Manuela, la primera en la fila, que lucía un traje lleno de décimos y lleva aguantando temperaturas bajo cero desde el sábado. Y es que lo más abundante eran aquellos que querían lucir los décimos en los que habían depositado su fe. Fotocopias ampliadas o carteles con el número eran un ornamento más entre el público.

Y los disfraces: de reno, de sacerdote, envueltos en la bandera de España... todo vale en la mañana de la ilusión.