Películas de bajo presupuesto, imágenes del buscador de Google, baratijas de mal gusto, folclore centroeuropeo, literatura barata... Jan Vytiska (Praga, 1985) reúne fragmentos de imágenes, colecciones de impulsos visuales con los que construye collages. El resultado es una reflexión apocalíptica que le sirve de base para pintar cuadros sobre la oscuridad que es capaz de generar el ser humano.

La galería Jiri Svestka de Praga (República Checa), especializada en presentar la obra de artistas emergentes del país a una audiencia internacional, expone hasta el 26 de enero Plameny mi rosily zrak (Las llamas me rociaron la vista): una sucesión de situaciones surreales y terroríficas que protagonizan los cuadros más recientes del Vytiska.

El autor explora la tendencia artística actual hacia el gore, no se considera conceptual y acepta con llaneza física la crueldad de las escenas que construye. Se inclina por la mitología del héroe popular en un amplio marco: desde Phil Marlowe —el detective privado que creó el escritor Raymond Chandler para sus novelas— hasta Iggy Pop, David Bowie y las caras pintadas de Kiss.

En una misma pintura (con una técnica que juega con las perspectivas y deforma los espacios) puede combinar complejos bordados tradicionales en colchas, cojines, tapices y camisas con la pesadilla de una figura humana partiéndose por la mitad y dejando al descubierto un amasijo de vísceras de colores. Las humildes cabañas, las pequeñas estancias domésticas y las aldeas semidesiertas por el éxodo a las ciudades dan sensación de veracidad hasta al motivo más terrorífico.

Multipremiado y considerado uno de los mejores artistas emergentes de su país, Jan Vytiska ha sido finalista en enero de 2012 del premio de la crítica al mejor pintor joven y el año pasado recibió un galardón del Prague Photo Award para creadores menores de 30 años en el festival Art Prague 2011.