El pulso entre el modo de vida rural y urbana ya parece perdido para los habitantes de Torrejoncillo del Rey y sus pedanías, un pueblo eminentemente agrícola en la Alcarria conquense. El último año restó un 24% de sus vecinos al padrón.
JORGE PARÍSLos torrejoncilleros que vivieron la época de bonanza asumen que terminarán sus días con el gentío almacenado en su nostalgia. Así lo expresa Manuel Solares, de 80 años. "Se han ido todos: unos a Barcelona, otros a Madrid, a Castellón... En fin, así han pasado los años. Y yo que estoy en vísperas, para irme también (bromea). Esto se cerrará. Durará el tiempo que yo dure. No hay nacimientos y tampoco hay esperanza".
JORGE PARÍSEn la plaza de Torrejoncillo del Rey (Cuenca), a plena tarde, solo se escucha el sonido del agua que cae al pilón. No hay decenas de niños jugando como hace décadas, ni comprando helados a ‘La Benita’. En esta misma plaza, de las 19 viviendas que la rodean, solo dos están habitadas.
JORGE PARÍSÁngel Custodio García ha vuelto a su pueblo tras jubilarse. Su vida laboral ha transcurrido en Madrid, regentando una zapatería de niños en el corazón de Vallecas. Ahora es alcalde de Torrejoncillo del Rey, una labor complicada, y desinteresada, donde casi el 70% del presupuesto se lo lleva el mantenimiento de un pueblo prácticamente vacío. El municipio tiene más de 200 km2 de extensión, y en él viven 412 habitantes contando con sus cinco pedanías. La densidad de población es de unos dos vecinos por km2, pertenece a lo que llaman la La Serranía Celtibérica que, junto a la región ártica, es la zona más despoblada de Europa.
JORGE PARÍSSobre las 14.15 llega todos los días el "autobús" escolar. De él solo bajan cuatro niño. Este año la escuela del pueblo cerró y los menores en edad escolar tienen que desplazarse a un pueblo vecino a 7 kilómetros.
JORGE PARÍSLos cuatro niños que viven ahora en el pueblo dan por hecho que su futuro no está en el pueblo. Así piensa Jorge, de 11 años. "Cuando sea mayor me iré a la ciudad. ¡Aquí no hay personas para enamorarse!".
JORGE PARÍSDe lunes a viernes, el ruido interrumpe el silencio que manda entre semana en Torrejoncillo. Es el runrún que provoca en el asfalto las ruedas de las maletas de los niños que llegan del colegio.
JORGEJavier García es agricultor y dueño de una carnicería que regenta junto con su mujer Monserrat, la último del pueblo: "Hubo hasta cuatro carnicerías. Esta era de mi abuelo, después de mis padres. Ahora he quedado yo solo. Hasta que esto finiquite del todo. Antes teníamos nuestro propio matadero pero ahora pero se queda mucho dinero en el camino. Vamos subsistiendo porque viene gente los fines de semana. Los oficios en los pueblos van a menos".
JORGE PARÍS"No hay cosa más gratificante que escuchar a los niños jugar en el colegio. Por desgracia, ya no tenemos ni colegio. En mi época éramos 400 niños en edad escolar. Ahora quedan 3. ¿Como reactivas que haya una población alta? ¿Qué puedes ofrecer? Nada. ¿Qué quieres que sienta más que impotencia?, explica su alcalde Angel Custodio García (PP).
JORGE PARÍSLa despoblación constante ha provocado que muchos negocios de Torrejoncillo hayan cerrado. Algunos han sobrevivido recortando horarios. Es el caso del pub Ánfora, del torrejoncillero Carlos Cuenca. Solo abre los fines de semana. Sus horarios se han recortado a medida que los vecinos han ido mudándose a la ciudad.
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