El número uno del golf, Tiger Woods, desplegó desde el jueves todos sus recursos para levantar por segunda vez la Jarra de Plata que acredita al campeón del Abierto Británico de Golf. El estadounidense siempre ha ganado este grande (2000 y 2005) en St. Andrews, la catedral del golf, que esta ocasión se había remodelado para hacerse más compleja de cara a los nuevos materiales y tecnologías aplicadas a este deporte. Pero el estadounidense, que con éste suma diez grandes (a ocho de su compatriota Jack Nicklaus, que se retiró el viernes) y se convierte en el tercer jugador con más títulos de Grand Slam en su palmarés, dominó en todo el torneo.
Olazábal, satisfecho
Llegó de casualidad a St. Andrews, como sustituto de Severiano Ballesteros, y después de un grandioso torneo, en el que se mantuvo muy cerca de conseguir la única categoría que le falta (lo tiene en infantil, júnior y aficionado), José María Olazábal se desinfló desde el hoyo 10, aunque al final supo recuperarse y conseguir la tercera plaza, por detrás de Colin Montgomerie, con un birdie (golpe por debajo de par en un hoyo). El siguiente español fue Sergio García, que finalizó quinto (junto a otros cuatro golfistas, entre ellos Vijay Singh). Miguel Ángel Jiménez concluyó en el puesto 52.
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