Ana Urkijo, así es la primera mujer presidenta del Athletic de Bilbao

Las claves
La vicepresidenta del Athletic, Ana Urkijo (c); el secretario, Juan Ignacio Bustamante (d) y el directivo de la Junta, Juan Carlos Erkoreka (i), a su salida del Palacio Ibagane. (Efe)
La vicepresidenta del Athletic, Ana Urkijo (c); el secretario, Juan Ignacio Bustamante (d) y el directivo de la Junta, Juan Carlos Erkoreka (i), a su salida del Palacio Ibagane. (Efe)
Chema Moya
La vicepresidenta del Athletic, Ana Urkijo (c); el secretario, Juan Ignacio Bustamante (d) y el directivo de la Junta, Juan Carlos Erkoreka (i), a su salida del Palacio Ibagane. (Efe)
Ana Urkijo es, tras la dimisión de Fernando Lamikiz al frente del club rojiblanco, la primera mujer que se sienta en el sillón presidencial del
Palacio de Ibaigane, sede social del Athletic Club.

Hija del que fuera vicepresidente con Beti Duñabeitia (1977-1982), Rufino Urkijo, Ana Urkijo vuelve a hacer historia en la entidad rojiblanca al ser la primera presidenta en sus ya 108 años de historia.

La primera directiva del club rojiblanco

Esta bilbaína abogada y agente de la propiedad inmobiliaria ya fue la primera directiva del club rojiblanco, con José Julián Lertxundi como máximo mandatario (1990-1994), poco más de diez años después de que las mujeres dejaran de poder ser sólo abonadas y adquirieran el derecho, hasta entonces reservado únicamente a los hombres, a ser socias.

Se da la circunstancia de que su padre, como ella, también alcanzó la presidencia sin pasar por las urnas. Fue en el breve periodo de dimisión de Duñabeitia para, precisamente, incorporar el sufragio universal a los comicios electorales de la entidad bilbaína.

Aunque será a partir de ahora cuando ejerza de presidenta, Urkijo ya tiene la experiencia de encabezar la representación institucional del club, como hizo el pasado domingo en el Alfonso Pérez de Getafe.

Respeto al club rojiblanco

Con carnet del Athletic desde 1969, Urquijo se forjó como aficionada rojiblanca desde muy niña, acompañando a San Mamés a su padre, quien la inculcó el respeto como uno de los sentimientos fundamentales hacia la entidad. Esa mismo respeto, seriedad y firmeza que le enseñó su padre deberá mostrar a partir de ahora para enderezar el rumbo de un club que está viendo en los últimos dos años la Segunda División

más cerca que nunca y cuyo actual nivel de crispación no se había dado antes.
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