Un Tour de finales raros

En la segunda etapa, McEwen impuso su velocidad y el noruego Hushovd recupera el maillot amarillo.
McEwen vence claramente, mientras Hushovd, a la derecha, recrimina algo al ganador. (Reuters)
McEwen vence claramente, mientras Hushovd, a la derecha, recrimina algo al ganador. (Reuters)
McEwen vence claramente, mientras Hushovd, a la derecha, recrimina algo al ganador. (Reuters)
Después de pescar tres victorias en el pasado Giro de Italia, Robbie McEwen demostró ayer en la segunda etapa del Tour que las llegadas masivas son cosa suya. El australiano logró su primera victoria en el Tour 2006 y, a sus 34 años, suma nueve triunfos en la ronda gala. La etapa, de 228 km quebrados con final en las proximidades de Luxemburgo, deparó un interesante lucha por el maillot amarillo que, gracias a las bonificaciones, fue recuperado por un renqueante Thor Hushovd.

Los españoles volvieron a ser protagonistas. Aitor Hernández (Euskaltel) y David de la Fuente (Saunier Duval) buscaron la fuga casi de inicio y De la Fuente encontró el premio del maillot de la montaña.

La etapa tuvo emoción en su final, de nuevo extraño. A ocho kilómetros de meta, el alemán Kessler (T-Mobile) demarró con fuerza en un repecho y sólo pudo ser absorbido a falta de 50 metros por un pelotón lanzado que venía cortado por una caída previa. Hoy, 216,6 km con sabor a clásica y final en Valkenburg, en tierras holandesas.

El pan suyo de cada día.

Las caídas en la  primera semana del Tour son algo habitual. La tensión de la carrera provoca descuidos que derivan en las tan temidas montoneras o caídas múltiples. La labor de equipo se hace fundamental para todos los aspirantes a la ronda gala.

El motor de la bici.

Finas, depiladas y musculosas, así son las piernas de un ciclista, fruto de días, de años de dedicación a la laboriosa tarea del pedalear. Afrontan etapas kilométricas bajo el calor o bajo la lluvia y sólo el masaje es su recompensa.

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