Saúl, el centrocampista perfecto

  • Marcó uno de los goles del año ante el Bayern en semifinales de Champions.
  • Pasó por la cantera blanco, pero se tuvo que marchar y ahora triunfa en el Atleti.
  • A sus 21 años, es ya indiscutible y uno de los mejores centrocampistas de la Liga.
Saúl celebra con Koke su gol en el Atlético - Bayern.
Saúl celebra con Koke su gol en el Atlético - Bayern.
EFE
Saúl celebra con Koke su gol en el Atlético - Bayern.

Ha bastado una sola jugada para que todo un país hable de un solo nombre. Saúl. De apellido, Ñíguez. Su nombre es más bien desconocido por el gran público, hasta que ante el Bayern marcó uno de los goles del año. A veces, no es suficiente tener un momento de genialidad, sino que te llegue el día adecuado, cuando todo el mundo mira.

A pesar de su juventud, solo tiene 21 años, el centrocampista del Atlético lleva ya unos años en Primera división. Debutó con el primer equipo en 2012, jugando dos partidos con un papel residual (apenas 11 minutos), así que fue cedido al Rayo Vallecano, donde fue indiscutible para Paco Jeméz, jugando 34 partidos y acumulando minutos y experiencia, justo lo que necesitaba. Y volvió al Atlético en el verano de 2014 aún con mucho que mejorar, un jugador todavía por hacer.

Pero que nadie piense que fue un camino fácil, ni mucho menos. Hubo obstáculos, y muchos. Saúl llegó a Madrid con apenas 8 años, y no fue para jugar junto al Manzanares, sino para hacerlo en Chamartín. Ingresó en la cantera del Real Madrid, y allí no tuvo una buena experiencia.

"Lo deportivo iba bien, fueron cosas extradeportivas que no podía vivirlas un chico de 11-12 años. Me robaban botas, comida, me pusieron un castigo de no poder pisar Valdebebas durante dos semanas por cosas que yo no había hecho", relató hace poco en una entrevista al diario El Mundo el jugador ilicitano. Pero él no lo recuerda de manera traumática, y hasta llega a verle el lado positivo. "No me duele para nada, porque fue una experiencia buena en el sentido de que aprendí muchas cosas, maduré mucho". Palabras de un chico de tan solo 21 años.

Al inicio de esta temporada, no era ni mucho menos Saúl la gran esperanza de la cantera rojiblanca. Oliver Torres regresó después de su cesión al Oporto, y en su inmensa clase estaban depositadas buena parte de las esperanzas de la afición atlética, aunque su decepcionante temporada es otra historia.

Fue la lesión de Tiago lo que lo cambió todo. Saúl había sido titular en solo dos de los seis primeros partidos, pero sin el portugués, su hueco en el ‘11’ del Cholo tuvo un destinatario: Saúl Ñíguez. Lo suyo no ha sido una eclosión, no es que haya maravillado con varios partidos extraordinarios, ha convencido a todos poco a poco, con paciencia, con un fútbol efectivo, sobrio cuando era necesario y arriesgado cuando hacía falta, y siempre desde el trabajo que a todos exige el Cholo.

La inconstancia era el gran pero del centrocampista en sus primeros pasos como rojiblanco, normal si se tiene en cuenta su edad, pero ese aspecto lo ha solucionado a la perfección. Su zurda es de oro y en ella atesora una calidad impresionante, y es uno de esos jugadores llamados ahora ‘todocampistas’ capaces de hacer cualquier función en el medio del campo. Trabaja como el que más, roba muchos balones, es solidario en la presión, abarca mucho terreno de juego y llega al área con frecuencia. De momento, pese a haber firmado golazos antológicos como el que le hizo al Real Madrid de chilena o el del Bayern, no es un especialista en esa faceta (esta temporada ha firmado cuatro goles en Liga), pero todo llegará, tiene las condiciones idóneas para serlo. El futuro, empezando a partir del próximo partido, es de Saúl.

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