En el día después, silencio. Mientras la prensa mundial hablaba de humillación y exhibición del Barcelona en el Bernabéu, el madridismo lamía sus heridas.

Sólo el vicepresidente Emilio Butragueño salió a la palestra para pedir serenidad y no tomar medidas precipitadas. Ayer, varios rumores apuntaban ya a la posible marcha de Luxemburgo al Santos. El presidente del club brasileño llegó a reconocer que tiene «informaciones de que Vanderlei se está tambaleando».

El equipo de Frank Rij-kaard pasó por encima de un Real Madrid destartalado y el público dictó sentencia aplaudiendo a Ronaldinho y elevando sus protestas desde el banquillo al palco. Varias fueron las claves del encuentro.

Mentalidad. El Barcelona salió a ganar sin titubear. La alineación de Leo Messi en el once reflejaba las intenciones de Rijkaard.

Estrellas apagadas. Mientras todas las figuras del Barcelona reclamaron los focos, ninguna del Madrid apareció. Para colmo, Raúl se lesionó y como mínimo estará un mes de baja.

Lesiones. Ronaldo, Zidane y Helguera fueron titulares cuando llevaban más de un mes sin jugar.

Creación de juego. Xavi y Deco movieron al Barcelona a su antojo. En el bando rival, nadie cogió el timón y el único capacitado para hacerlo, Guti, estaba en el banquillo.

Eto’o y Ronaldinho. El camerunés respondió a las críticas marcando, y el brasileño puso el Bernabéu a sus pies. Ambos pudieron ser madridistas en su día, pero Florentino prefirió a Beckham y Owen.

Dos velocidades. El Real Madrid se vio constantemente desbordado por un Barcelona que juega a una velocidad por encima del resto.

Un clásico de espontáneos

El partido del sábado dejó  un buen cúmulo de anécdotas. Fue un día de exhibiciones en el que también participaron dos strippers, uno de ellos el ya famoso Mark Roberts. Más serio se tomó el asunto Samuel Eto’o, que una vez más señaló al palco nada más marcar, una tradición que repite cuando pisa el coliseo blanco.

87 millones de euros se gastó el Real Madrid este año en

fichajes. El Barcelona no desembolsó nada.