En el fútbol español no hay racismo.
Al menos así lo creen Angel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol, y Ramón Calderón, presidente del Real Madrid.
Los dos comparecieron este jueves en el Senado ante la Comisión Especial de estudio para erradicar el racismo y la xenofobia en el deporte español.
Los dos directivos coincidieron en el pronóstico: el problema del racismo en el fútbol es un problema general de la sociedad, no del deporte.
Villar rechazó con energia que el reglamento federativo haya sido racista por no permitir hasta hace poco la participación de inmigrantes en categorías inferiores y lo calificó como "un problema en Europa contra las minorías".
El presidente insistió en que la RFEF "defiende y promueve un fútbol en el que tengan cabida jugadores de todas las razas y culturas" y rechazó tajantemente que las palabras del seleccionador nacional, Luis Aragonés, antes del amistoso España-Inglaterra el 17 de noviembre de 2004, que conllevaron la apertura de un expediente y una multa al técnico, "espolearan" las actitudes racistas en los campos españoles.
Fútbol: pasión y enfretamiento
Calderón, por su parte, expresó la "decidida "la decidida e ilimitada voluntad" del Madrid para colaborar en la lucha contra el racismo.
El presidente blanco declaró que le parece "injusto cerrar un campo porque dos o tres incontrolados hagan una barbaridad" y se mostró contrario tanto a las bonificaciones como a la resta de puntos como sanción. "Tenemos un
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