Vicente del Bosque, el hombre tranquilo

  • Es uno de los grandes protagonistas del Mundial de Sudáfrica.
  • Ejemplo de sencillez, huye del protagonismo y la polémica.
  • "Han sido un ejemplo", dice de los jugadores de la selección.
Vicente del Bosque (i) es felicitado por su hijo, Álvaro, ante el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (d).
Vicente del Bosque (i) es felicitado por su hijo, Álvaro, ante el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (d).
ANGEL DÍAZ / EFE
Vicente del Bosque (i) es felicitado por su hijo, Álvaro, ante el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (d).

Vicente del Bosque, seleccionador nacional de fútbol, es uno de los grandes protagonistas que nos deja el Mundial de Sudáfrica, entre otros motivos por haber llevado a la roja a ganar su primera cita mundial.

El hombre tranquilo, que huye del protagonismo, que no quiso ser manteado tras la victoria de la selección por sus problemas de cadera, recoge ahora los frutos del trabajo duro, llevado a cabo con esfuerzo, tesón y huyendo de la polémica.

Criticado en numerosas ocasiones durante su etapa en el Real Madrid, con quien ganó dos Champions, dos Ligas, una Copa Intercontinental, dos Supercopas de España y una Supercopa de Europa antes de ser cesado por no responder al perfil de la modernidad, Del Bosque (Salamanca, 1950) ha puesto de manifiesto el triunfo de la sencillez.

El protagonismo, para otros

El técnico da libertad a sus jugadores, consigue unirlos en los vestuarios, prima el diálogo frente al grito y pocas veces se muestra exaltado. No ocurrió así este domingo, cuando debido a los atropellos a los que sometieron los holandeses a los españoles no paró de increpar al árbitro.

El protagonismo lo deja para los jugadores, pero ha sido gracias a su forma de ver el fútbol que la roja ha logrado su estrella en la camiseta.

Pocas veces muestra su sonrisa, pese a que tras la victoria de la roja ha demostrado sentirse feliz por el trabajo bien hecho. Eso sí, la mostró este lunes, durante la celebración de la victoria en la Moncloa con el presidente Zapatero, cuando compartió el momento con su hijo Álvaro, con síndrome de Down.

Cumpliendo la promesa que le hizo en su día, Álvaro recibió la copa de los jugadores nada más llegar a la Moncloa y después subió al autobús con su padre y todo el equipo para recorrer Madrid.

"Han sido un ejemplo", dijo el seleccionador sobre los jugadores en Madrid durante la celebración.

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