El español Rafa Nadal, número 1 del mundo, logró una costosísima victoria en la pista Central ante el alemán Philipp Petzschner para meterse en los octavos de final de Wimbledon, al imponerse al germano por 6-4, 4-6, 6-7 (5), 6-2 y 6-3 en 3 horas y 45 minutos
Tras vencer a su rival alemán, 41 en el ránking de la ATP, el ganador de Roland Garros y segundo favorito del cuadro, tendrá como próximo adversario al francés Paul-Henri Mathieu, verdugo del tenista holandés Thiemo De Bakker.
A Petzschner, el manacorense se había impuesto en sus dos enfrentamientobs previos: el primero en Stuttgart en 2003 y el segundo en Montreal; ambos resueltos en dos sets.
Pero el germano desplegó recursos escondidos que llegaron a descolocar al español. Y es que Nadal estuvo muy, muy cerca de la derrota.
Fue un partido peliagudo y plagado de altibajos para el pentacampeón de Roland Garros, en el que se notó, ya hacia el final, el visible desgaste físico y puso a prueba la habilidad del mallorquín para solventar situaciones límite, que ganó con esfuerzos el primer set, por 6-4, pero recibió una réplica contundente del germano en la segunda manga, que cedió por 4-6.
El germano, que erró más que el segundo favorito -40 errores no forzados por 18 de Nadal-, y que también requirió de la atención médica para recibir un masaje en el muslo izquierdo, seguramente echó mano a la ausencia de la presión que recae, en cambio, sobre el balear, y disputó, posiblemente, uno de los mejores partidos de su carrera.
No hubo dudas de que a Petzschner el saque le funcionó a la perfección -logró 25 "aces", mientras que Nadal metió 12-, y de que estoy a punto de dar una gran alegría a Federer al amagar con poner un abrupto punto final a la trayectoria del balear en esta edición.
Sumó 63 "winners" (el español, 56) y sacó adelante puntos cruciales.
El segundo favorito, por su parte, dejó marchar pelotas fundamentales para haberse hecho la vida mucho más sencilla y echó por la borda opciones de rotura que hubieran variado el desarrollo del partido: no aprovechó dos momentos de "break" en el segundo set, y dejó pasar otra ocasión de quebrar al alemán en el tercero.
Pero una vez más asombró su pericia para modificar guiones adversos y se las arregló para tener la última palabra frente a su oponente germano y convertirse en el próximo rival del francés Paul-Henri Mathieu.
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