La pretemporada anfibia de un nadador

  • Marco Rivera, plumarquista de los 400, los 800 y los 1.500 libres.
  • Su entrenamiento es el mismo que el de un triatleta.
  • "A partir de las dos horas y media de bicicleta no nado fino".
Marco Rivera Miranda posa con su bicicleta en la piscina del CAR de Madrid.
Marco Rivera Miranda posa con su bicicleta en la piscina del CAR de Madrid.
JOERGE PARÍS
Marco Rivera Miranda posa con su bicicleta en la piscina del CAR de Madrid.

Los nadadores son seres acuáticos, una esencia influida por ese 75% de agua que integra el cuerpo y por la que invierten horas y horas en series, en fondo, en mecánicas de movimientos, en competiciones. Hay trabajo más allá del líquido elemento: pesas, gimnasio... Pero, en un 80%, el agua manda.

El nadador Marco Rivera Miranda (Palma de Mallorca, 1983, pero criado entre Valladolid y Valencia), quien entre marzo y abril de 2008 batió tres récords nacionales (400 m, 800 m y 1.500 m libre) rompe ese molde. Es un deportista anfibio.

Desgasta la piscina; pero desde este año ignora las pesas -"Hago algo de discos, una o dos veces por semana, pero por reforzar los hombros, sin un programa de pesas", concreta- para degustar tierra firme con zancadas y pedaladas. Un nadador con preparación de triatleta.

Hago algo de discos, una o dos veces por semana, pero por reforzar los hombros, sin un programa de pesas

El técnico Jordi Murio le lleva la planificación en el agua -"Sigo a rajatabla el programa de la Federación"- e Ivo Clotet, la parcela de la zapatilla y la bici. "Cuando acabé la pasada campaña hablé con Jordi y le comenté esta posibilidad. La idea era probar algo nuevo... Y estoy disfrutando», le explica a 20 minutos, mientras reconoce que nunca ha tenido problemas físicos de su "otro" entrenamiento y tampoco ha sufrido cambios en su estructura muscular.

"Al tratarse de ejercicios tan aeróbicos -la intensidad de su práctica es moderada pero su duración, extensa-, no llegas a muscular mucho. Si practicara atletismo y natación de forma exclusiva, sí cambiaría mi cuerpo", argumenta.

El agua, vara de medir

Rivera resume su programa de trabajo habitual: entre diez u once sesiones de natación semanales, cuatro días con salidas de bicicleta y entre dos y tres jornadas, también carrera, un deporte que practicó de niño.

Es en la piscina donde cuantifico el cansancio
"
Tampoco hago entrenamientos de calidad. Por ejemplo, sobre la carrera, realizo rodajes de hora u hora y cuarto a un ritmo de cuatro minutos, o cuatro y pico, el kilómetro. Así no llegas a castigar el cuerpo como con un trabajo más específico", indica sobre su modo de afrontar la bici y la carrera.

"Es en la piscina donde cuantifico el cansancio y, por ejemplo, he notado que a partir de las dos horas y media de bicicleta no nado fino", añade Rivera, cuyo sueño es, algún día, hacer un triatlón.

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