Una imagen; una injusticia. Marga Fullana pedaleaba por el oro en la prueba de mountain bike femenino de los Juegos Olímpico de Sidney 2000. Lanzada. La mujer que popularizó este deporte entre los medios, la nueve veces campeona de España (entre todas las categorías), la que fuera campeona del mundo de bicicleta de montaña en 1999 y en 2000. Un auténtico ídolo en el extranjero, pero poco conocida en España.

Pero la italiana Paola Pezzo, defensora del título, llegó por detrás y, en una trialera estrecha, sus cuerpos chocaron. Fullana se fue al suelo mientras Pezzo volaba hacia el oro. La balear, destrozada anímicamente, se vino abajo. Tocaba el oro. Lo saboreaba. Logró el bronce finalmente, tras ser superada también por la suiza Barbara Blatter.

Han pasado ocho años y Marga Fullana (Manacor, 1972), incombustible, apura renovadas opciones de medalla para Pekín. Y ha vuelto a brillar a nivel internacional, donde el dominio avasallador de la noruega Gunn-Rita Dahle lleva dos años sin aparecer.

El pasado fin de semana, en la Copa del Mundo de Fort Williams (Escocia), quinta prueba de esta competición, fue segunda. Y antes, en Vallnord (Andorra), el 31 de mayo de 2008, Fullana volvía a lograr una victoria en la Copa del Mundo en una temporada donde se ha convertido en una asidua al podio tras unos años de dudas, lesiones, constantes cambios de equipo (Orbea, K2, Spiuk,...) y más dudas. Dicen que el coco le puede. Y en estos tiempos negros, un esporádico brillo reducido a pocas actuaciones en el calendario español.

Cuarta en Houffalize (Bélgica), primera prueba de la Copa del Mundo, Fullana repitió puesto en Offenburg (Alemania) y ascendió hasta la tercera posición en la Casa de Campo de Madrid, que albergó la tercera prueba. Después ganó en Andorra y acabó segunda en Escocia. Pekín es su meta.