Manolo Santana cumple este viernes 10 de mayo 75 años, 65 de ellos dedicados al tenis desde que empezara como recogepelotas con diez en el Club de Tenis de Velázquez. Luego vinieron dos victorias en Roland Garros (1961 y 1964) y también las pioneras del US Open (1965) y Wimbledon (1966), dos territorios donde no había ganado ningún español hasta entonces. Ahora mismo es el director del Madrid Open y 20 minutos le entrevista en la Caja Mágica.

Empecemos fuerte, ¿ya están contentos los tenistas con que el torneo haya cambiado el azul de las pistas del año pasado por el rojo?

Públicamente, ellos han reconocido que las pistas están fantásticas. Seis meses de trabajo han conseguido que las pistas estén cómo deberían haber estado el año pasado.

¿Entonces no era cuestión del color?

No, no. En 2012 no se supo encontrar la fórmula para que la arena no se cristalizara y resabalara tanto. El único que no se quejó, claro porque ganó, fue Federer. Vimos que el cambio era necesario.

Pero Ion Tiriac, propietario del Madrid Open, sigue afirmando que la pelota se ve mejor en pista azul. ¿La idea se ha quedado en la recámara?

Lo que yo digo es que el tenis es uno de los deportes en los que más cuesta hacer cambios.

¿Se está notando también la crisis en el torneo?

La salud económica del torneo es Rafa Nadal. Siempre que juega él la Caja Mágica está llena hasta la bandera. Mientras vengan jugadores como Rafa, Federer, Djokovic, Murray, Ferrer... En el Madrid Open tenemos a los nueve mejores tenistas del mundo, solo ha fallado del Top Ten Juan Martín del Potro que está enfermo con un virus.

¿Cómo vio el comportamiento del público contra Novak Djokovic el día de su derrota ante Dimitrov en primera ronda?

Al público le molestó que Nole pidiera que el juez de silla bajara a ver tres bolas en las que el serbio se equivocó en las tres. Yo no entendí muy bien la reacción de la gente, pero la respeto.

¿En Madrid se sabe de tenis?

Muchísimo. Lo que pasa es que cuando los partidos son muy intensos, hay personas que tienen reacciones muy emocionales. El tenis es de los deportes donde el público se comporta mejor.

¿La Caja Mágica es un buen lugar para hacer negocios?

Totalmente. En un torneo como este se combina la parte deportiva y la parte de ocio. Hay gente que viene las 10 de la mañana y se pasa todo el día porque hay actividades para los niños, conciertos... Se trata de que todo el mundo pase un día agradable.

Pero siempre se critica que hay muchos palcos...

Es lógico. Hay que intentar recaudar en un evento que vale muchísimo dinero. Este año hemos bajado muchos los precios de entrada para el público general.

¿Cuántos hora trabaja durante el Madrid Open?

Vengo a las 8.30 de la mañana y no me voy hasta las 1.30 de la madrugada. Me hace sentir de maravilla. Me gusta atenderos a vosotros, la prensa; estar con los jugadores, ver tenis... Disfruto como cualquier aficionado, con la ventaja de que vivo en las tripas del torneo.

El Madrid Open es un torneo que combina el cuadro masculino y el femenino. ¿Por qué no atrae tanto el juego de las chicas?

Porque ahora mismo no tenemos una Conchita o Arantxa. En su época, ellas llenaban los estadios tanto como los hombres. Necesitamos tres o cuatro jugadoras que den la talla, que tengan atractivo físico, que sean mediáticas. Hay que tener en cuenta que el equipo español ha ascendido este año a la Primera División del tenis femenino y eso ya es un gran éxito.

¿Y en el tenis masculino español existe el relevo?

Yo creo que no habrá sequía porque desde mi época siempre han aparecido campeones españoles de Roland Garros. Lo que si tardará mucho en que haya otra Rafa Nadal. Ya pasó con Santana, que pasó mucho tiempo hasta que salió otro.

¿Serena Williams podría ganar a un chico de la ATP?

Estoy seguro de que el Top 100 de la ATP gana a Serena, número 1 de la WTA. No quiero menospreciar el tenis femenino, pero la diferencia en tenis es brutal por la velocidad que imprimen a la bola y por la fuerza de sus golpes.

¿Los tenistas viven ahora como reyes comparados con su época?

Por supuesto y es lógico. Yo esto siempre lo comparo con mi ídolo de siempre, Alfredo Di Stéfano. Si él hubiera vivido esta época, sería una estrella mediática.

¿Le hubiera gustado jugar en estos años?

Me hubiera gustado jugador ahora por las bolas con las que juegan, las raquetas, la atención de público y la de los medios de comunicación.

¿Qué podría haber hecho si hubiera jugado ahora?

Me hubiera adaptado perfectamente. Lo que no sé es si los tenistas de ahora se adaptarían al leño de madera con el que jugábamos nosotros. Antes era mucho más complicado.

¿Contra quién te hubiera gustado enfrentarte de la época actual?

Contra Rafa (Nadal) y Roger (Federer). Son mis tenistas preferidos y a los que más admiro.

¿La tierra está a punto de desaparecer, como superficie tenística?

No, en absoluto, porque siempre han existido los cuatro Grand Slams: uno de tierra, uno de hierba y otros dos de pista dura. Esta mezcla de diferentes superficies le da mucho caché al circuito.

¿Le han sorprendido los éxitos de Rafa Nadal en su regreso, después de estar ocho meses lesionado?

Rafa es un campeón como la copa de un pino. Volvió y ganó cuatro torneos, incluido Indian Wells, en pista rápida, que fue la gran sorpresa. Eso solo lo puede hacer un un atleta fuera de serie como Rafa.

Así que le damos como favorito en Roland Garros...

Por supuesto. Fue una sorpresa que Djokovic le ganara en Montecarlo, pero Rafa no estaba al 100%. Madrid y Roma van a ser los dos torneos que le ponga a tono para París.

¿España tiene un problema con el dopaje?

No, yo pongo la mano en el fuego por los tenistas y deportistas españoles.

¿Nos darán los JJ OO de Madrid 2020?

Espero y creo que sí. En el Madrid Open estamos haciendo un gran esfuerzo para promocionar Madrid 2020 y tratar de conseguir que esta ciudad tenga unos grandes Juegos Olímpicos.

A sus 75 años recién cumplidos, ¿sigue jugando al tenis?

Ahora no puedo, pero cuando estoy en Marbella, sí, todos los días, ya sea al tenis o al pádel. Me divierte y me viene bien para la salud. Me queda mucha guerra por dar.