El Real Madrid en la Copa del Rey, ronda más ronda menos, ya viene siendo una tradición cada curso. Es indiferente si al equipo le va bien o no, pues llega el torneo del KO y besa la lona. Le sucedió ante el Mallorca, casi siempre un incordio en el Bernabéu. Se metió en cuartos, y echó al Madrid.

Esta vez, mira por donde, que el equipo blanco jugó bien, perdió... Es tópico, pero más que ganar el equipo bermellón, el Real Madrid perdió la eliminatoria.

Si no falló 15 ocasiones en 90 minutos no falló ninguna (estadísticas del partido). Especialmente torpe fue Higuaín, diez de voluntad y cero de acierto. El mal día argentino lo completó Saviola, fallón primero, lesionado después. A todo esto, al Mallorca le bastaba con aguantar y mirar las manecillas.

Más ocasiones falladas

El asunto se puso serio en la segunda mitad y Schuster, que se lo veía venir, puso a Van Nistelrooy y Robinho para evitar el desastre.

Pasaban los minutos, se sucedían las ocasiones en el área mallorquina, los ‘uys’ instantáneos y el partido fue caminando hasta la orilla, hasta que llegó la puntilla: un balón largo que se comió Cannavaro y controló el dedo gordo del pie de Ibagaza (que siempre se pone guapo en el Bernabéu) antes de elevarlo sobre Dudek.

Allí murió otro sueño copero del Madrid, ya una tradición.