La plantilla, que ayer se negó a entrenar después de estar media hora caminando por el campo, medita permanecer un minuto sentada una vez que el árbitro Velasco Carballo dé el pistoletazo de salida al encuentro de mañana en el Camp Nou, según anuncia la web de Marca.

Esta rocambolesca medida, de producirse, sería la respuesta de los futbolistas a los últimos movimientos de Pedro Villarroel, que podrían entorpecer el plan de viabilidad que el Ayuntamiento está intentando poner en marcha para sanear la economía del club.

Esa ayuda del consistorio es el salvavidas al que se aferran los granotas para poder cobrar sus contratos y al verla peligrar, ayer, reaccionaron.

De Biasi, indignado

Por la tarde, el club emitió un comunicado oficial en el que aseguraba que Villarroel había vendido su paquete accionarial al presidente Julio Romero por un euro. Lo que no acompañó al comunicado fue un acta notarial corroborando la operación, aunque en el escrito se advierte que “los detalles de dicha transmisión se harán públicos tan pronto se produzca la misma, una vez se obtengan las autorizaciones del Protectorado de Fundaciones”.

Asimismo, se añade que “el presidente las ha adquirido a título individual con el fin de evitar que transmitidas a entidades con órganos de administración colegiados, el acuerdo de éstos impida su fácil transmisión a terceros”. Los jugadores no se fían y hasta que cuenten con pruebas palpables del adiós de Villarroel seguirán alerta.

Después, De Biasi mostró su apoyo total a sus pupilos y clamó ante la falta de seriedad de los dirigentes: “Esto es la comedia del absurdo, un día se hace una cosa y el otro la contraria. Sólo pedimos claridad, o se marcha o hace frente a la situación. De este modo no podemos hacer más sacrificios. Tenemos dignidad”.